Max Metal

CRÓNICA: In Flames lo borda en la noche sueca – Madrid – Noviembre 2022

IN FLAMES + AT THE GATES + IMMINENCE + ORBIT CULTURE

MADRID – 26 NOVIEMBRE 2023

LA RIVIERA

ROUTE RESURRECTION FEST

La capacidad exportadora del metal sueco es increíble. Desde hace años las giras de grupos de death melódico inundan Europa, el llamado Goteborg sound se ha afianzado como uno de los géneros de moda y muchos son los grupos que han surgido al calor de esta llama. La tarde noche del sábado se convirtió en un mini festival donde cuatro referentes de este metal desplegaron sus alas, para cada uno con sus armas, ofrecer una buena dosis variada de metal.

ORBIT CULTURE

Abrieron la noche Orbit Culture, uno de los nuevos exponentes de la infinita factoría de metal sueco, sin duda la propuesta más outsider del cartel, con un estilo ligeramente más innovador donde destacó la voz super grave de su vocalista Niklas Karlsson, quien bien acompañado por el resto de la banda (Richard Hanson a la otra guitarra, Fredrik Lennartsson al bajo y Christopher Wallrstedt) hicieron todo lo posible por aprovechar sus escasos minutos.

Fue un show corto, penalizado por una hora demasiado tempranera, un sonido no del todo fino y unas luces demasiado oscuras que hizo a la banda actuar entre penumbras, pero pese a todo, en su escasa media hora de actuación, sembraron mimbres para captar la atención de un público todavía escaso. «Vultres of north», «North star of nija», «Strangerl», «Carvings» y «Saw» compusieron una actuación que supo a poco.

IMMINENCE

Si Orbit Culture fueron los outsider, Imminence fueron los más atrevidos. Desde sus inicios destacaron por la inclusión del violín en el metalcore, y precisamente fue ese violín el que aportó los momentos más positivos pero también los más negativos.

Bien por Eddi Berg que además de cantar con soltura en distintos tonos, fue capaz de incluir secciones de violín que tanto enriquecen los temas, sin embargo, quedó raro el sonido de un segundo violín pregrabado; sí, ya sé que muchas bandas usan partes pregrabadas, pero resultaba chocante escuchar un violín cuando el único violinista no hacía ni amago de tocar.

Por lo demás, también una actuación corta, con algo de más de luz, un sonido en clara mejoría respecto a su antecesor, y una banda entregada en su primera visita a España. Desgraciadamente también fue una actuacion corta, supo a poco y no hubo tiempo para incluir muchos temas, entre ellos sonaron «I am become a name», «Ghost», «The Sickness», «Erase», «Chansing Shadows», «Paralized», «Heavin in hiding» y «Temptation».

Sonaron contundentes, el toque diferenciador del violín (real o grabado) tuvo su rollo, y en cuanto a actitud resultaron irreprochables.

AT THE GATES

Es curioso como el sonido de una de las bandas seminales del llamado Goteborg Sound ha quedado desdibujado con el paso de los años. Lo que en su día resultó innovador y explosivo, hoy suena un poco más clásico, y sin duda, fue la propuesta más old-school de la noche. At The Gates se quedaron con el papel de banda clásica, la que ataca a la audiencia a base de guitarrazos y contundencia y cero adornos. Aquí no hay espacio para violines, guiños electrónicos u otros artificios…. es caña, caña y caña pero con esa apuesta melódica que acabó desembocando en todo un estilo.

Parte de la culpa de que hoy en día no suenen como las nuevas bandas de death melódico es de la voz de Tomas Lindberg, que me linchen los más puristas, pero siempre la he considerado una voz más thraser que death, y aunque la música sí que es eminentemete death, parte de la identidad final de la música viene marcada por la voz. Concierto muy cañero, con pocas palabras, dejando que sea la música la que hable a base de caña, caña y más caña, aunque a veces pecó un poco de monotonía.

Para los no muy fans (entre los que me incluyo) a los temas de At The Gates les faltó un poquito de variabilidad, aunque sin duda hicieron las delicias de la ortodoxia metalera. «Spectre of Extincion», «Slaughter of the soul», «At War With Reality», «To Drink From The Night Itself», «Cold», «Under a Serpent Sun» y «Heroes and Tombs» llenaron la primera parte del show donde la banda demostró su buen hacer, con un Tomas simpático (aunque parco en palabras), Adrian y Jonas atacando sin piedad con la base rítmica, y Martin y Jonas aportando ese toque melódico tan necesario.

Tras sonar el castellano con la grabación de «El Altar del Dios desconocido» llegó el fin del concierto siempre en ascenso con «Death and the labyrinth», «Blinded by fear» y acabar en todo lo alto con «The Night Eternal». Correctos

IN FLAMES

Era la primera vez que veía a In Flames en directo sin tener un nuevo disco bajo el brazo. Lo «normal» hasta la fecha era venir a presentar ese nuevo álbum y que parte de los temas nuevos coparan el setlist, pero como el nuevo trabajo no llegará hasta 2023 había duda de como compondrían el setlist, y optaron por lo más inteligente, hacer un repaso completito a su basta carrera.

Con un juego de luces de toque industrial, con grandes focos encajados tras alambradas, y una especie de escalón en la parte frontal del escenario, hicieron su aparición en escena para comenzar atacando uno de los temas nuevos, «The Great deceiver» que ya nos dejó ver el gran sonido que iba a tener toda su actuación, enérgico, cañero, pero pulcro y super limpio, ideal para disfrutar de los matices de su música. Tras la velocidad inicial, paso a uno de sus hits clásicos, un genial «Pinball map» que logró encender a un público que combustionó con los acordes del siguiente tema «Cloud Connected», un inicio explosivo con el que se metieron al público en el bolsillo.

Tal fue la energía que se sentía que el propio Anders agradeció efusivamente, diciendo que sin duda, era la mejor noche de lo que iba de gira (11 conciertos hasta la fecha), repitiendo que lo decía de corazón y que no era lo típico que decía en cada sitio. Un Anders que por cierto estuvo más simpático y hablador de lo que acostumbra, incidiendo en las gracias y manifestando que daba gusto volver a tocar ante una audiencia tan entregada después del parón obligado por la pandemia. Por cierto, dijeron que volverían en breve….¿alguna pista de cara a los festivales de verano?

La siguiente parte estuvo protagonizada por un viaje al pasado más lejano de la banda, donde entraron «Behind Space» (1994), «Graveland» (1996) «The Hive», (1997) y «Colony» (1999), para mi gusto la parte más gris de la banda, que si bien fue la que asentó su sonido y les granjeó su base de seguidores, hoy suenan con menos brillo que los temas más actuales. Conscientes de que esta parte podía bajar la intensidad, el tema elegido para seguir fue «Only for the weak», el corte que logra hacer que miles de personas boten y tarareen al unísono, fue uno de los momentazos de la noche, con el público vibrando en masa y la banda alimentándose de semejante descarga de energía.

Björn Gelotte estuvo sobresaliente atacando los riffs más representativos de la banda, y aunque dejó algún solo a Chris Broderick, llevó la voz cantante en cuanto a la guitarra se refiere. El resto de la banda, bien, muy en su papel, tocando sin fallos pero sin tomar mucho protagonismo. Incido una vez más en el sonido, todo sonó en su sitio, haciendo que los temas quedaran perfectos, así llegaron «Leeches», «Foregone Pt. 1», «Wallflower», y «State of Slow Decay».

Anders de nuevo cogió el micro para dirigirse al público, y aunque no fue el culmen de la elocuencia y a veces se le atoraban las palabras, volvió a agradecer una acogida tan cálida…para después firmar el fin del concierto encadenando «Alias», «The Mirror’s Truth», «I am above» y el siempre veloz «Take this life» como guinda para acabar en todo lo alto.

In Flames son uno de los grandes, y con conciertos así, su puesto en el podium metalera no corre peligro. Super convincentes.

Texto: S.A. Sánchez
Fotos: Juan José Díez