Hace unos días dos de los festivales más importantes de nuestro país confirmaban bandas para sus ediciones de 2021. Tras esto en redes se formó un pequeño hilo de discusión que me llevó a plantearme, después de verlo en miles de ocasiones, ¿por qué apoyamos más a las bandas internacionales?
No es la primera vez que oigo a gente, fans del rock y metal, decir eso de “es que a mi lo nacional no me gusta” sin más, sin dar una oportunidad siquiera solo por el simple hecho de ser bandas nacionales, y ya no hablemos de si además escriben su música en castellano.
He querido hacer una reflexión sobre el tema ya que me parece importantísimo dar a cada cual el reconocimiento que merece, venga de donde venga y cante en el idioma que lo haga, sin mirar más allá que la calidad musical que puedan ofrecer, tanto en sus trabajos como en sus directos.
Entiendo, y también soy la primera en reconocer, que hay bandas de “primera categoría”, bandas míticas, pioneras, esos grandes dinosaurios como son Judas Priest, Motörhead, Iron Maiden o Metallica (entre otros muchos), bandas que han creado una historia, que comenzaron luchando por algo mucho más grande que ellos y que han logrado dejar huella y ser parte de los libros de historia del metal, y que ya solo por eso merecen, como mínimo RESPETO. Respeto a lo que son y representan, te guste más o menos su música, pero respeto a su historia.
Por otro lado, eso no quiere decir que merezcan ser venerados por encima de todas las cosas solo por el nombre que llevan en las pancartas traseras de sus escenarios.
Cuando un festival anuncia una gran banda como cabeza de cartel la gente espera, incluso exige, bandas internacionales, sea cual sea su estado actual. Voy a intentar explicarme lo mejor posible y para ello voy a poner de ejemplo algo que he vivido en mis propias carnes:
Hace un par de ediciones Rock Fest Barcelona confirmaba a los grandísimos titanes KISS (y lo han vuelto a hacer para la edición de 2021). La gente enloqueció, a la hora del show Can Zam recogía miles de personas para verlos lo más cerca y mejor posible. Seguramente para muchos era la primera y única vez que los verían, ya que bandas así no pasan por España todos los días. Sin embargo, después de ver el “concierto” yo les preguntaría ¿mereció la pena? Para mi no.
Sí, claro que el montaje y el espectáculo en sí fueron alucinantes, pero nada más. Si hablamos de música creo que fue uno de los peores shows de esa edición, por muchas cosas, y ninguna tenía que ver con el equipo de sonido (que muchos se agarrarán a eso). Sin embargo, ahí están de nuevo en la edición de 2021, apoyados, aclamados y alabados por miles de fans. Y es por eso que me pregunto ¿seguimos a una banda por su música o lo hacemos por el nombre y la historia? ¿Seríamos capaces de decir que realmente nos gusta lo que oímos si nos vendaran los ojos y no nos dijeran quién hay sobre las tablas?
Estamos viviendo una época en la que estamos viendo grandes bandas retirarse, como Slayer, y a grandes músicos morir, como Lemmy Kilmister de Motörhead, y eso es una verdadera pena, pero algo inevitable a su vez. Y a pesar de todo estamos muy poco dispuestos a apoyar a nuestras bandas, que en realidad son el futuro, y anteponemos siempre a aquellos con nombre pero que, por miles de circunstancias, ya no pueden dar un buen show para sus fans.
Aunque por el contrario, algo que también me llama la atención es que sí que estamos dispuestos a apoyar a las bandas emergentes extranjeras. Y así el ciclo se vuelve a repetir. No me entendáis mal, hay bandas actuales que son una bomba, grandes innovadores en sus estilos, músicos excelentes y bandas que superan con creces a sus predecesores. Pero no solo fuera, aquí también, y ahí es donde quería hacer hincapié.
A día de hoy en España tenemos una larga listas de bandas metaleras de todos los estilos posibles con una calidad intachable. Bandas que por desgracia, en la mayoría de los casos no reciben el reconocimiento que merecen.
Evidentemente nosotros también tenemos nuestros titanes: Barón Rojo, Mago de Oz, Saratoga, Tierra Santa, Warcry, Obús….. Pero por detrás, pisandoles muy de cerca los talones, existen centenares de buenos músicos, preparados, con discos brutales y directos impresionantes
Y seguro que aquí podéis echarme una mano, pero os hablo de gente como Bloodhunter, Aphonnic, Megara, Débler, Lépoka, Evil Hunter, Ankor, Angelus Apatrida, Death&Legacy, Ekko, Toundra, Born In Exile, Kritter, Crisix, Astray Valley… Y así podría seguir durante unos cuantos párrafos. Bandas a las que les cuesta “Dios y ayuda” llegar a diferentes ciudades de España, llenar salas, incluso mantener sus formaciones y continuar sus proyectos, como en el caso de los ya disueltos Dawnlight. Y en gran parte es culpa nuestra, reconozcámoslo, nos cuesta mucho más pagar 10€ por ver una banda española que 50€ por una internacional.
¿Valoramos realmente lo que tenemos cerca? Yo creo que no lo suficiente.
Irene Kilmister