SPV/Steamhammer
7,25/10
Por Jordi Tàrrega
¿El mejor disco de Rage desde Carved in Stone?
Han vuelto los mejores Rage y eso que a estas alturas ya no tenía esperanza alguna. Tampoco pasará a la historia, pero hay aquí temas que te harán recuperar la fe perdida en una banda que lleva peleando desde los 80. Se nota que han entrado junto a Peavy un par de fans acérrimos del grupo y de verdad que hay todo ese sabor clásico de los mejores Rage, tanto los agresivos y heavies como los orquestales. Disco sólido, entretenido y con temas variados después de unos años de sin sabores y obras de estudio que no pasaban del correcto. Además, hay que sumarle la dispersión de Peavy el arrancar un proyecto paralelo como Refuge. De todas formas, todos los que asistimos al Rock Fest y les vimos tocar todo el XIIIcreo que todavía seguimos en una nube con ellos. Peavy demuestra aquí que sigue siendo un compositor excepcional y que ha acertado con las otras dos piezas del puzle.
Marcos Rodríguez y Vassilios “Lucky” Maniatopoulosinsuflan más vida y superan con creces el anterior Seasons of the Black. Escuchar ese inicio a gritos fundido a “True” te hace revivir esos discos de Rage que empezaban siempre con un pelotazo, un himno directo que marcaba territorio y te dejaba claro que seguían estando en forma. Gran tema, y su tuviera que ubicarlo quizá lo situaría cercano a la etapa de End of All Day se incluso anterior. “Let Them Rest in Peace” es otro pelotazo, un trabajo genial de guitarras y juegos de riffs cambiantes y en el que hay mucha melodía e incluso coros. Bonito homenaje hacia la serie de Rod Serling, «La dimensión desconocida» en “Chasing the Twilight Zone”, manteniendo ese idílico momento conseguido entre caña y melodía. Esta vez lo situaría más próximo a discos como Soundchasero Carved in Stone.
Marcos Rodríguez y Vassilios “Lucky” Maniatopoulos plenamente asentados en Rage
Curioso es el hecho de que hayan regrabado “Higher than the Sky” bajo el nombre “HTTS 2.0”. La han metalizado y nunca superará a la original pero está curiosa esta aproximación más contundente. Yo es uno de los pocos temas clásicos de Rage que tengo aburrido por caer siempre en todos sus conciertos y no dejar espacio a otras maravillas. Destacar también el gran trabajo en solos y riffs de Marcos. Buen trabajo también en las melodías de “Tomorrow” y “Wings of Rage”. La verdad es que ha vuelto el equilibrio que tanto echábamos de menos entre melodías pegadizas y la fuerza que viene imprimida por la contundente batería de “Lucky”. De verdad que Rage necesitaban desprenderse de Smolski por muy excelente músico que fuera.
El giro lo encontramos en “A Nameless Grave” pues aquí empieza a participar la orquesta con excelentes resultados. Medio tiempo con orquestaciones tenebrosas y una muy buena línea vocal. Es la otra cara de Rage que también hay que reivindicar. Son temas que ganan minutos y que dejan protagonismo a lo orquestal. Las cuerdas hacen lucir un “Don’t Let Me Down” algo más agresiva y dotada de otro gran estribillo. Pero de todas las orquestadas me quedo, y de largo, con la elegancia de “Shine a Light”, ampulosa y sumamente elegante. Es uno de los mejores temas que hayan grabado en muchos años y el estribillo se instala en tu materia gris desde la primera escucha. “Blame It on the Truth” es una óptima cabalgada a doble bombo con buen trabajo de guitarras y un Peavy que cumple bien su función de vocalista. Suena a los Rage que uno espera encontrar. La final “For Those Who Wish to Die” cumple expediente. El viento te despide hasta su próxima obra, conectando con la tormenta del inicio y dando sensación de cohesión.
De los tres discos con la nueva formación me quedo, de largo, con esta obra: Wings of Rage. Aquí vuelve el espíritu de los Rage más inspirados navegando entre lo clásico y lo orquestal lo cual es una gran idea aunarlo en un mismo disco. Marcos y “Lucky” demuestran que ya son claves y Peavy se vuelve a encontrar cómodo e inspirado con ellos. El disco atrapa y convence de todas todas y es de lo mejor que han grabado desde 2007. Imprescindible para todo fan de Rage. Obviamente queda lejos de sus más magnas obras, pero iguala a trabajos fundamentales de los 90. Este material en directo no desentonará entre los muchos clásicos que el grupo atesora. Muchas ganas de verlos ya en una gira propia como cabezas de cartel.