Otro año más la gente acudió en gran número al festival de Ripollet, con otro cartel estelar para lo que es el festival, y van ya unos cuantos de impresionantes. Cita ineludible en la que hubo más casetas con productos, pocas colas y un poco de retraso, algo que ya suele ser inherente al propio festival. Se subastó la guitarra y hubo más gente que el año pasado, pero menos que el año de Loudness. Siempre es un éxito y esta vez también. Como en cada edición es un gustazo poder encontrarte con amigos y conocidos que sabes que siempre están allí. Enhorabuena y para muchos años más. Que nunca cambie la filosofía del festival.
Las máscaras de Dekta convencen a los más madrugadores (Javier Oliva)
Como banda local, Dekta eran los encargados de abrir la vigesimoséptima edición del Ripollet Rock. Eran las 22.00 cuando la banda saltó a escena, puntuales según los horarios anunciados. Tuvieron 45 minutos para ir abriendo boca al personal y demostrar que son una banda que viene pisando fuerte y que el futuro les colocará el lugar que les corresponde. Y así fue. Aquellos que no los conocíamos, nos quedamos con ganas de más y boquiabiertos. Hay que añadir que no sólo gozan de buen reportorio musical, sino que este, va acompañado de una puesta en escena más que interesante, donde cada miembro oculta su identidad bajo una máscara, imitando el más puro estilo Slipknot. Su cantante Cubitus asume el rol de frontman a la perfección y no paró de moverse ni un momento desprendiendo energía y entrega. El resto de la banda no se quedan atrás y recorren el escenario de arriba a abajo incansablemente y animando a los asistentes.
Empezaron el concierto con “All I Want” y “Amandla! Awethu!”que han servido como singles que han publicado durante este año para después hacer un repaso de su álbum homónimo de larga duración “Dekta” (2017)con temas como “False”, “Erased” o “Losing my life”. Interpretaron “Untruly Savior” nuevo tema que por primera vez tocaron en directo, y que además será lanzado a finales del mes de septiembre en videoclip con imágenes del Ripollet Rock. No podía faltar el tercer sencillo publicado este año “You Are Gone”. Finalizaban con “Spit It Out”, versión de Slipknot y un guiño a las influencias que les marcan.
Siroll! demuestran que lo suyo va muy en serio (Jordi Tàrrega)
Impactante y contundente propuesta la de Siroll!, una de las bandas con un estilo más distal a lo que suele asomar por el escenario del festival en todos estos años. Desde Cardona abren una puerta directa al infierno practicando un metal moderno con influencia obvia de Pantera y Sepultura, cantando en catalán y con un Gou capaz de combinar growls con guturales. A su aplastante directo hay que añadir samplers que salpimentan y ponen algo de colorido y humor a su descarga como un teléfono sonando o la declaración fallida de independencia de Puigdemont. Espectaculares en “Més llenya al foc” y dando cancha a su último EP Pagesos satánics. Remarcaron con orgullo su procedencia de la Cataluña central a base de riffs y un dinamismo total en directo. Los cambios de posición fueron una constante durante toda su descarga. Está clarísimo que esta banda no sólo no va a parar de crecer, sino que apunta a que tiene futuro más allá de los Pirineos.
H.E.A.T: un notable show recortado (Yolanda Sabater)
Eran la banda más atractiva de esta edición. Los suecos H.E.A.T. con su hard rockcon toques modernos saltaba al escenario alrededor de las 00:20 de la noche, sin duda un horario privilegiado. Casi un cuarto de hora después del horario previsto, hecho que sin duda acortó su actuación, puesto que sí terminaron a la hora prevista, algo que no acabó de convencernos a los que allí estábamos reunidos. Y tan privilegiado horario coincidió con el momento que congregó más afluencia de gente al festival. Si bien no ha sido la edición con más asistentes, H.E.A.T. consiguió juntar a un público más que considerable. Con la peculiar banda sonora de Beverly Hills Cop de Glenn Frey “The Heat Is On”, la banda salía a escena para seguir con “Bastard of Society”, tema que también abre su último álbum “Into the Great Unknown”.
Un Erik Grönwall pletórico que empezó dispuesto a dejarse la piel sobre las tablas y aunque tardó más de lo habitual en desinhibirse por completo. En el tercer tema se soltó la melena y bajó del escenario para saltar a través del foso e interpretar la canción junto con el público de las primeras filas. Siguieron con temas como “Emergency”, tan emblemático y con una melodía pegadiza que todo el mundo coreó. Hecho que me sorprendió -y para bien- es que rescataron temas de uno de sus primeros discos “Adress the Nation”, con “Breaking the Silence”, “Living on the Run”, temas que son más fáciles de escuchar en directo, pero a las que se añadieron “Downtown” e “In and Out of Trouble”, reincorporadas en sus repertorios desde hace poco y que sin duda son unas de las baladas más bonitas de los tiempos tempranos de la banda. Erik también aprovechó uno de los soliloquios para dirigirse al público y anunciar que tenían su próximo álbum entre manos y que lo podremos ver el próximo septiembre.
Pese a que fueron unos temas bien escogidos, Erik no gozó de su mejor día y su voz quedó corta en muchos momentos y deslució bastante, hecho que dificultó entrar en algunos temas o que el público no se entregara tanto como en anteriores ocasiones. Y es que H.E.A.T. ofreció uno de los mejores conciertos que hemos visto de los suecos en la edición del año anterior del Rock Fest Bcn y las expectativas eran altas. Con “Beg, Beg, Beg” seguían el concierto y rompían esta aura sentimental con un estribillo que animó a todo el público y que modificaron para añadir al final dos fragmentos de AC/DC y Janis Joplin con “Whole Lotta Roise” y “Piece of My Heart” respectivamente. Terminaban con los temas que se han ganado su merecido lugar como remate de las actuaciones de H.E.A.T. como fueron “Mannequin Show” y “A Shot of Redemption” que todo el mundo conocía a la perfección y que el público cantó junto con Erik. Una pena que con el recorte que tuvieron al principio, que les hizo empezar 20 minutos más tarde de lo habitual, tuvieron que recortar gran parte del repertorio y eso dejó fuera temas como “Point of No Return” o “Tearing Down The Walls”, que estoy segura de que el público habría acogido con buena gana.No fue ni de lejos la mejor actuación de H.E.A.T, pero sin duda dieron un concierto correcto rozando el notable.
The Unity demuestran sus muchas tablas de directo (Jordi Tàrrega)
Después de H.E.A.T. desapareció mucha gente y de verdad que se perdieron un gran concierto de una gran banda en ciernes. Tienen el culo pelado de tocar sobre un escenario durante años y parece que el jefe es Michael Ehré. Él mismo estaba antes en Love.Might.Kill. De las cenizas de este grupo nació The Unity, y como colofón a la metamorfosis artística sumaron a todo un Henjo Richter, su compañero y guitarrista en Gamma Ray. Los temas de su último disco enamoran en directo, caso de “Last Betrayal” o “No Hero” muy a pesar de que su mezcla de hard rock y power metal es algo tópica. Pero sus composiciones están por encima de la media y Jan Manenti es muy fiable como cantante. Entrega, clase y glamour. Tuvo el detalle de lanzar una frase en catalán para encender a la parroquia: “¡¿Esteu preparats, collons?!”.
Combinaron sabiamente ambos discos, pero la sensación general es que es un grupo algo típico, pero creo que tienen ángel suficiente para seguir escalando en su estilo y para ampliar su parcela. Tras “Welcome Home” el vocalista itálico hizo el clásico pregunta-respuesta con el público al puro estilo Freddie Mercury, y le salió muy bien. Por cierto, impecable himno y excepcional single muy definitorio del estilo practicado por el grupo (a pesar de que se parece un poco a “No Return” de Gamma Ray). El sonido no fue perfecto, pero disfrutamos también de composiciones de su ópera prima como “Never Forget” o “No More Lies”. Obviamente el gran momento fue la versión de los rayos Gamma “Send Me a Sign”, tema compuesto por Richter. Incluyeron en el tramo final “The Storm”y se despidieron haciendo una reverencia mientras sonaba el “United” de Judas Priest. Nada mal. En sala pequeña seguro que la cosa gana bastante más.
Jolly Joker propusieron un impecable homenaje al hard rock sleazy (Jordi Tàrrega)
Disfrutaron del mejor sonido del festival a pesar de que a esas horas ya se había marchado gran parte del público. Los valencianos ofrecieron un show profesional, dinámico y demostraron que un escenario como el del Ripo no se les hace grande. Su rollo sleazy de raíces angelinas con muchos guiños a Guns N’ Roses gustó en temas como “Hey You y “Perfect Life”. Tienen mucha actitud e imagen y convencieron a pesar de que sus influencias son evidentes. Lazy Lane brilló en sus cuerdas vocales y la guitarra de Jannick fue lo más aplaudido de la descarga. Himnos como “Fuck It All” se te quedan y los dejes a Mötley Crüe o Hardcore Superstar están más que presentes. Incluso su vocalista utilizó una pandereta al puro estilo Ian Astbury, el cual sería tributado en las postrimerías de su actuación. “Sucker” y “Rockin’ in Stereo” fue de lo mejor de la velada, destacando la compacta y potente base rítmica formada por Alex y Andy, pero nos conquistaron cuando en la despedida se atrevieron con “Love Removal Machine” de los Cult. Gran cierre a otro gran Ripollet.
FOTOS: Irene Kikminster