Conocía a Javier Calvo del prólogo del excelente libro “Los señores del Caos” en el que retrata perfectamente al black metal llegándolo a considerar como la última gran revolución musical de la historia. Sabiendo que existía un libro del mismo autor que giraba alrededor del Black Metal y en concreto, de la portada del disco de Mayhem, Dawn of the Black Hearts, era cuestión de tiempo de que me hiciera con él. Calvo consigue en poco menos de 100 páginas atraparte en una historia sencilla pero apasionante en la que el autor huye deliberadamente de toda figura retórica. Incluso los protagonistas de Suomelinna le recriminan al autor si en algún momento llega a acercarse a una metáfora.
Suomelinna es una isla cercana a la capital de Finlandia, Helsinki, considerada patrimonio de la humanidad y en la que sólo hay cañones, túneles y un museo. Una cárcel para Mirkka, una adolescente problemática que da con sus huesos en el reformatorio después de un crimen racista. Estamos hablando de la Finlandia de principios de los 90, en plena ebullición del Black Metal y en el que pandillas de adolescentes llegaron a cometer actos terroristas en nombre del paganismo ancestral, viendo como enemigo al cristianismo invasor, cuando se celebraba el 1000 aniversario de la conversión escandinava.
El libro es un retrato de una familia finesa en los 90, del paso de la infancia a la vida adulta y del fenómeno global del Black Metal que llegó a prender en toda Escandinavia con epicentro en Noruega. Una corriente que fue más allá de lo musical y lo estético y que llevó en muchos casos al activismo en pequeños núcleos poblados. El nacionalismo y la difusa frontera del racismo y nacionalsocialismo que se acentúa con el debate de la prohibición de la caza de ballenas, algo que muchos nórdicos se tomaron como una afrenta a sus tradiciones ancestrales.
Los mismos dioses nórdicos y los elementos básicos de la mitología nórdica intervienen en la historia, pero mención aparte merece la mítica portada de Mayhem con los sesos de Dead desparramados o la película The Wicker Man (la versión original, no el aborto con Nicholas Cage). Mirkka la visionaba una y otra vez siendo su película de terror favorita, algo que también llegó a cautivar a Iron Maiden en su día. Le dedicaron un tema y llegaron a llevar de gira un hombre de mimbre de grandes dimensiones.