APOCALYPTICA
MADRID – 9 ABRIL 2018
NUEVO TEATRO ALCALÁ
Hace más de dos décadas, allá por 1996, un disco llamado «Plays Metallica by Four Cellos» sorprendió a propios y extraños por su original propuesta, cuatro violonchelistas de corte clásico reinterpretaban temas metaleros de una de las bandas más importante del género. Aunque hayan pasado 22 años, esta gira conmemora el vigésimo aniversario de su lanzamiento, pero como los propios Apocalyptica comentaron, «está siendo una gira larga…», de hecho, el año pasado ya pudimos verlos tocando estos temas en el festival Download de Madrid, aunque obviamente, las limitaciones de un festival no permitieron disfrutar de todo lo que ofrece su propuesta.
Esta era la ocasión perfecta para redimirse, un escenario de eso que llaman «marco incomparable» como el Nuevo Teatro Alcalá, todas las entradas vendidas hace meses, y una sed evidente por parte del público de disfrutar de la velada….
Y evidentemente, la noche cumplió con todas las expectativas, fue un gran concierto donde se disfrutó de la lindo. El show estuvo dividido en dos partes, una inicial donde se tocaron 8 temas de Metallica únicamente por medio de los chelos, y una segunda donde también entró en juego la particular batería de Mikko Sirén.
Escenario sobrio, con un cuadro negro detrás de cada violonchelista, y una especie de caja donde sentarse, y un juego de luces correcto fue la escenografía con la que adornaron un show que empezó fuerte con «Enter Sandman», ideal para calentar a un público que inicialmente se mostró un poco tímido y reticente a prestar su voz al evento (esto de ver conciertos de metal en un asiento, sigue resultando extraño).
Poco a poco la cosa se animaba, y «Master of Puppets», «Harvester of Sorrow», «The Unfergiven» y «Sad But True» fueron cogiendo más color y sobre todo calor, debido a una mayor participación del público. Con «Creeping Death» la colaboración siguió en aumento, una intensidad que se mantuvo con «Wherever I May Roam» y «Welcome Home (Sanitarium)» con el que finalizaron la primera parte.
El comienzo de la segunda dejó claro que la potencia aumentaba, y es que la batería le aportó una dosis de energía y contundencia que hizo todo mucho más llamativo y divertido, y eso que empezaron con un tema de esos que se puede considerar lento como «Fade to black».
Con «For Whom The Bell Tolls» y «Fight Fire With Fire» la banda comenzaba a desmelenarse, con un Eicca Topinen simpático comunicando mucho con el público, un Perttu Kivilaaskso aportando espíritu metalero con mucho movimiento y headbanging, al igual que Paavo Lötjönen. Por su parte, y como viene siendo habitual, la sobriedad y sosiego vino de la mano de Antero Manninem, que con sus habituales gafas y sin levantarse ni un solo momento, sostenía el sonido de la banda para que el resto pudiera soltarse. Encomiable su trabajo.
«Until It Sleeps» resultó un poco sosa, pero rápidamente se arregló con «Orion», «Escape» y sobre todo un «Battery» que dio paso a «Seek & Destroy» con el que se retiraron, y donde más se implicó la gente.
Para los bises, un poco de relax con «Nothing Else Matters» para después acabar en todo lo alto con «One», sobre todo tras el magistral cambio de ritmo que tiene esa canción.
Gran concierto en un escenario ideal, que además hizo que todo sonara a las mil maravillas.
Juan José Díez