Carcass + Brujería + Rotten Sound
23 de Enero de 2025
Sala Razzmatazz, Barcelona
Organiza: Madness Live!
El pasado 23 de enero, la sala Razzmatazz de Barcelona fue el epicentro de una noche inolvidable para los amantes del metal extremo. Carcass, Brujería y Rotten Sound unieron fuerzas en un cartel que prometía brutalidad y no defraudó, en una velada cargada de intensidad, homenajes y pura energía.
Rotten Sound: La apertura con furia grindcore
La jornada comenzó puntualmente con los finlandeses Rotten Sound, quienes no tardaron en desatar una tormenta sónica sobre el público que aún se encontraba entrando a la sala.
Con su característico grindcore afilado como una cuchilla, ofrecieron un set breve pero contundente, cargado de blast beats y riffs demoledores que despertaron los primeros mosh pits de la noche. No solo los temas como como disparos de metralleta, si no que Keijo , Mika, Sami y Kristian se movían como torbellinos por el escenario, transmitiendo una energía contagiosa y que se agradeció siendo el primer concierto.
Rotten Sound cumplió su cometido: calentar motores y preparar al público para lo que estaba por venir.
Brujería: Un ritual de furia y homenaje
Con una sala ya casi llena, Brujería tomó el escenario con su icónica teatralidad y actitud irreverente. Ataviados con pasamontañas la banda de metal extremo mexicano-americana desplegó su mezcla de death metal y grindcore con una energía arrolladora. Canciones como «Brujerismo«, «Desmadre» y «La Migra» fueron coreadas con fervor, mientras que su mensaje subversivo resonaba en cada rincón de Razzmatazz.
Lo más emotivo de esta noche, y que les acompaña durante la gira, es el homenaje total que se hace desde el primer momento a Juan Brujo y Pinche Peach, sus dos compañeros fallecidos el pasado 2024. De hecho en la parte central presiden el pasamontañas y el chaleco de Brujo. Este gesto demostró que, más allá de la brutalidad musical, Brujería sabe conectar con la humanidad detrás del metal.
Carcass: Una clase magistral de death metal melódico
La banda británica Carcass, pionera del death metal melódico y grindcore, ofreció una actuación impecable tanto a nivel técnico como emocional, y es que a estas alturas de la telenovela poco más tienen que demostrar. Una solida carrera, decenas de plásticos publicados y una larga cola de fans esperando en la puerta de los recintos para disfrutar de sus conciertos.
Fue poca la interacción con el público y es que, tras saltar al escenario , directamente comenzaron a sonar «Buried Dreams«, «Kelly’s Meat Emporium«, «Incarnated Solvent Abuse«, «No Love Lost«, y no fue hasta después de la primera dupla «Tomorrow Belongs to Nobody / Death Certificate» que Jeff no paró a saludar a Barcelona, cerveza en mano y con un llamativo cambio de look.
Con un sonido pulido y poderoso, Carcass demostró por qué sigue siendo una de las bandas más influyentes del género. Durante el resto del show Jeff Walker, con su carisma ácido, se mostró cercano y agradecido con el público, lanzando púas de manera casi maniática, mientras que Bill Steer y Tom Draper entregaron una lección de riffs que electrizó la noche.
Lo cierto es que el público se entregó a la banda por completo desde el primer tema, pero el momento cumbre llegó con «Corporal Jigsore Quandary«, donde la sala entera explotó en un frenesí de cabezas agitándose al unísono. Este tema abriría la parte final del show donde además de «Ruptured in Purulence» y un solo de batería que dejó a Daniel Wilding lucirse con su instrumento, el broche final llegaba con el mítico «Heartwork«
La combinación de Rotten Sound, Brujería y Carcass resultó ser un cóctel explosivo que dejó a los asistentes con los oídos zumbando y el corazón lleno.
Hace apenas unos días leía en redes sociales, tras la cancelación de una de las fechas, varios comentarios que venían a decir algo así como que las nuevas generaciones no apoyan a las bandas míticas y que solo los más canosos iban a estos conciertos, dándose así una menos influencia y el riesgo de cancelación.
Sin embargo, no fue esto lo que yo encontré en Razzmatazz, y es que la escena metalera de Barcelona se reafirma una vez más como una de las más vibrantes de Europa, donde público de todas las edades se hermanaban para recordar por qué el metal extremo sigue siendo una fuerza imparable en el mundo de la música.
Por Irene Kilmister.