GAMMA RAY
MADRID – 4 DICIEMBRE 2024
SALA BUT
ORGANIZA: Z! LIVE
Estaba claro que la vuelta de Gamma Ray a Madrid iba a levantar mucha expectación; la sala But se quedó pequeña y se llenó hasta los topes, la casi una década sin pisar los escenarios de la capital unida al fuerte poder evocador de la nostalgia, hicieron que los viejos seguidores de la banda (hoy cuarentones y mucho más) acudieran en masa al llamamiento de Kai Hansen y los suyos, y es que todos somos conscientes de que la reunión de Helloween ha hecho que ver a Gamma Ray en directo se haya vuelto una labor difícil.
Los que éramos adolescentes en los 90 vibramos con discos como «Heading for tomorrow», «Land Of The Free», «Somewhere out in space» y tantos otros, y en cierto sentido este concierto nos retrotrayó a aquella época de despreocupación y diversión, convirtiendo este concierto en un evento de pura celebración. Fue comenzar a sonar los primeros acordes de «Land of the free» y quitar 30 años de nuestro DNI y dejarnos llevar por ese espíritu festivo de aquellos primeros cortes rápidos y enérgicos de Gamma Ray.
Cierto es que nadie es inmune al paso de los años, y que hoy en día Kay Hansen tiene que apoyarse mucho en Frank Beck al que casi cede por completo el protagonismo a las voces, que en las secciones en que antaño sorprendía con sus agudos hoy se hace a base de coros de toda la banda -además de Frank, cantan Dirk Schlächter (bajo) y Kasperi Heikkinen (guitarra)-, pero lo que sigue super vigente es el buen rollo que transmiten sus canciones, y así, tema a tema conquistó a un Madrid totalmente entregado, que gritó con ganas todos los temas, logrando crear un ambiente ardiente.
«Last Before The Storm», «Avalon», «Master of Confusion», «One With the World» y «Empathy» fueron las siguiente en sonar, con un sonido decente aunque con un volumen atronador, que hacía que hasta baladas como «The Silence» sonaran contundentes.
El absoluto ladrón de todas las miradas fue un Kai Hansen, que con su últimamente eterna guitarra roja -la misma que usa en los conciertos de Helloween– demostró su maestría aunque sin caer en el egoísmo, ya que compartió solos con Kasperi, que también clavó cada nota. Dirk es uno de esos tipos que transmite con su forma de tocar, últimamente le hemos visto acompañando a otras bandas como Avantasia, y es un placer verle en el lugar en que todos le ubicamos desde siempre….
Todas las canciones estaban cortadas por el mismo patrón, eficientes, sin fallos («Dethrone Thyranny», «Rebellion in dreamland») y con gran seguimiento del público, pero obviamente cuando llegó un hit como «Heaven Can Wait», la sala al completo estalló en una masiva y rejuvenecedora comunión absoluta. Tras este éxtasis, «Somewhere out in space» para emprender la primera retirada.
Pero aún quedaba el postre, primero los 14 minutazos de un «Heading for tomorrow» super visual, donde una nueva columna de luces hizo su aparición, creando una curiosa malla muy llamativa, y el bombazo final en forma de «Send me a sign». Irreprochable viaje al pasado.
S.A. Sánchez
Fotos: Juan José Díez