DARK TRANQUILLITY – ENTIME SIGNALS
CENTURY MEDIA
8 / 10
Cuando una banda firma su decimotercer disco podemos pasar a considerarla clásica, su perseverancia y su longevidad viene a demostrar que siempre han tenido algo interesante que aportar. Pioneros en eso que se dio en llamar «Goteborg sound», Dark Tranquillity es una prueba viviente de la evolución del death melódico a lo largo de estas décadas. Si sus primeros discos estaban caracterizados por la agresividad y rapidez propias del death, sus últimos trabajos se centran más en la melodía, los sonidos más accesibles y los pasajes melancólicos.
Y es que, aunque su extensa discografía ha ido moldeando la identidad de la banda, este disco cobra especial importancia debido al estajanovismo que práctica en los últimos tiempos su vocalista Mikael Stanne, que compatibiliza su labor en Dark Tranquillity con otras bandas como The Halo Effect (de un estilo muy similar), Cemetery Skyline (de temática gótica) o Grand Cadavar (death metal old school), eso hace que el oyente habitual se vea abrumado ante tanto lanzamiento, costando distinguir cuando se trata de una banda o de otra.
Es por eso que pensé, erróneamente, que este disco iba a sonar más Dark Tranquillity que nunca, sin embargo es toda una oda al eclecticismo, con temas variados y muy diferentes entre sí, aunque todos tamizados de esa esencia oscura, melancólica, agresiva y melódica tan marca de la casa, aunque más comedidos en cuanto a potencia y rapidez.
Desde «Atoma«, la banda ha encontrado un arma muy efectiva a la que recurre con asiduidad, y no es otra que centrar las composiciones en medios tiempos con riffs potentes, que comienzan con voces limpias para ir in crescendo explotando en un gran cambio de ritmo donde toma las riendas la voz gutural; ese es hoy en día uno de los elementos más reconocibles de la banda, y en este «Endtime Signals» vuelve a estar muy presente en cortes como «Wayward Eyes» o «Not Nothing», uno de los mejores temas de «Endtime Signals»
Otros como «Shivers and voids», «The Last Imagination» o «Unforgivable» se centran más en la parte contundente y con pegada de la banda, donde los riffs dinámicos cobran especial protagonismo entre tanta velocidad, y hay temas más arriesgados e innovadores como «Neuronal Fire» o «Drowned Out Voices» cuyo riff de inicio recuerda irremediablemente a In Flames
Más sorpresivo me parece, teniendo en cuenta lo que comentábamos de las múltiples bandas en las que canta Mikael, que haya dos cortes con voz íntegramente limpia, dos delicias suaves y sombrías como «One Of Us Is Gone» y «False Reflection».
En definitiva, una vuelta más a la evolución de una banda siempre en constante movimiento, ya sea por decisión propia, u obligada por los cambios de formación que también tienen tienen su parte de protagonismo en este disco con la salida de su batería de siempre Anders Jivarp y la consolidación de Johan Reinholdz como guitarrista principal
Juan José Díez