Si la primera jornada estuvo protagonizada por el hard rock y el heavy metal, esta segunda contaba con un estilo más variado, con representants del heavy metal californiano como Cirith Ungol, el hard rock de Kadavar o TNT.
Sin duda, el indiscutible protagonista de la velada fue el power metal en su máxima expresión, con Avantasia y Kamelot, quienes tomaron el relevo de manera sobresaliente y mantuvieron altas las expectativas.
Celtian (YS)
Celtian fueron los encargados de abrir la segunda jornada del festival, una tarea nada fácil a las 14:30 de la tarde con una temperatura que no ayudaba. Es una pena que no haya ni un ápice de sombra frente a los escenarios para resguardarse del sol. A pesar de todo, estuvimos puntuales para ver a los jóvenes Celtian, quienes ya están presentando su tercer álbum, «Secretos de Amor y Muerte». Este es, para mí, el más cuidado de sus tres discos y en el que más cambios estilísticos han incluido.
CELTIAN está emergiendo como una de las bandas jóvenes que tomarán el relevo generacional. Para quienes aún no los conocen, su estilo fusiona el folk y el celtic metal, destacando en sus conciertos la icónica flauta de Diego Palacio y el violín de Txus Borao. En mi opinión, Xana Lavey tiene una de las mejores voces melódicas del país, y su papel como frontwoman al frente de Mago de Oz le permite mejorar cada día más sobre el escenario. La formación se completa con Sergio Culebras en la guitarra, Raúl Plaza en el bajo y David Landeroin en la batería.
La actuación se me quedó más que escasa, pues fueron apenas 40 minutos en los que cayeron hasta cuatro temas de su último álbum: «La Profecía», «Sueños de Cristal», «Serena» o la sublime «Maleficio de Sangre».
Contaron con la colaboración de Rosalía Sairem de Therion para el último tema, «En Tierra de Hadas», su voz operística empastó a la perfección con la de Xana.
Gran acierto apostar por su último trabajo. Una banda que sigue una progresión constante y que con cada disco de supera con nuevos matices y nueva fórmula.
Xandria (IK)
Tenía muchas ganas y unas grandes expectativas puestas en el concierto de Xandria, la banda de metal sinfónico que llegaba desde Alemania para conquistarnos a todos.
Sin embargo, y a pesar de que Ambre Vourvahis me tenía más que ganada, la banda no se lució ni demostró su potencial. Y es que el sonido debió jugarles una mala pasada ya que no sonaron para nada compenetrados.
Abrieron con “You Will Never Be Our God”, de su último disco, del cual también nos dejaron “Reborn” y “Two Worlds” pero sonaron bastante deslucidas. Una pena la verdad, porque estoy completamente segura que son una gran banda.
Cirith Ungol (YS)
Representantes por excelencia del heavy metal californiano, Cirith Ungol es una de esas bandas de culto que, debido a sus pocas presentaciones en nuestro país y una carrera no especialmente prolífica, se convirtieron en una cita obligada del festival. Sin grandes alardes ni escenografía opulenta, ofrecieron lo que mejor saben hacer: su música.
Recurrieron a sus clásicos, interpretando hasta cuatro temas de su emblemático disco «King of the Dead» (1984), aunque las más aclamadas fueron «Frost and Fire» y «I’m Alive». Apenas tocaron su último álbum, «Dark Parade», con solo un tema.
Arwen (JP)
El grupo nacional de metal melódico progresivo, Arwen, ofreció una actuación destacada en el escenario festivales Región de Murcia Stage. Con puntualidad británica, comenzaron su set en un escenario lleno de humo y repleto de luces amarillas y rojas que crearon una atmósfera envolvente a pesar del viento.
La banda mostró su destreza con orquestaciones complejas y momentos más lentos en los que el teclado capturó toda la atención del público. Los potentes solos de guitarra añadieron una capa de intensidad adicional a su actuación.
En los 40 minutos de escenario de los que disponían, Arwen entregó un concierto muy intenso, culminando con su canción «Torn From Home», dejando una impresión duradera en los asistentes del festival.
Kadavar (YS)
Otra de las apuestas «rara avis» del Rock Imperium eran los alemanes Kadavar. Su apuesta hard rock/stoner a priori contrasta con el resto de la filosofía del festival, pero sin duda fue todo un acierto. Pese a que fue una actuación que habría lucido algo más de noche, lograron una buena sintonía con un más que considerable público que se agolpó para verlos. Un estilo indie y una voz de su frontman Christoph muy al estilo Led Zepellin.
Setlist escueto que se resumió en 9 temas y con el que se guardaron a la audiencia en el bolsillo. Su canción más coreada -y es que tiene un riff muy característico- fue «Come Back Life», mientras que escuchamos otros temas como «Die Baby Die» o «Creature of the Demon».
Richie Kotzen (IK)
Lo de Richie Kotzen en Rock Imperium de Cartagena fue una clara demostración de elegancia muy cautivadora. Desde el momento en que subió al escenario, Kotzen demostró su talento excepcional con su presencia magnética. Guitarra en mano, deslumbró al público con su virtuosismo y su estilo único.
La elegancia de Kotzen se reflejaba en cada nota que tocaba, en cada palabra que cantaba. Su habilidad para combinar el rock con el blues y el soul creó una atmósfera sofisticada y emocionante, dejándonos con la boca abierta y sin poder apartar la mirada de él, hipnotizado por su carisma y su talento.
Abriendo con Losing my Mind nos regaló un repaso a toda su historia con temas como Fear, Love is Blind o Help Me.
Night Demon (YS)
Los californianos Night Demon cuentan con una legión fiel de fans. A pesar de coincidir en horario con T.N.T., una de las bandas más esperadas del festival, muchos optaron por agolparse en el escenario secundario para presenciar la descarga de heavy metal que Night Demon venía a ofrecer.
El trío no decepcionó, brindando un sonido pulcro y una atmósfera envolvente desde el primer minuto. Jarvis Leatherby, a quien también vimos con Cirith Ungol, se mostró pletórico y lleno de energía, lo que contagió rápidamente al público presente. La banda desgranó temas icónicos como «Outsider», «Screams in the Night», y otros más, todos recibidos con una ovación ensordecedora por parte de sus seguidores.
TNT (YS)
La actuación de TNT en el festival Rock Imperium fue un verdadero espectáculo de hard rock que demostró por qué la banda noruega ha mantenido su relevancia durante 40 años. Esta única parada en España se convirtió en un evento memorable, con la banda trayendo desde Escandinavia su característico sonido, complementado por la potente voz del cantante estadounidense Tony Harnell.
Harnell, a pesar del paso de los años, mostró una energía inagotable en el escenario, cautivando a la audiencia con su presencia y su voz inconfundible. Es admirable cómo mantiene su vitalidad y entrega, características que definieron su carrera y que siguen siendo una parte esencial del atractivo de TNT.
A pesar de no estar familiarizada con todo su repertorio, fue evidente el entusiasmo de los fans, quienes corearon con pasión cada canción. El punto culminante de la noche fue, sin duda, la interpretación de «10,000 Lovers (in One)», un clásico que los llevó a las listas estadounidenses y que resonó con fuerza entre los asistentes. Este momento fue una verdadera celebración de la trayectoria de TNT y una muestra de su capacidad para crear música que trasciende el tiempo.
Glenn Hugues (YS)
A los 71 años, Glenn Hughes sigue demostrando que el dicho «los viejos rockeros nunca mueren» es cierto. Con una voz potente, un físico envidiable y una energía inagotable, Hughes se embarcó en esta gira para conmemorar los 50 años del emblemático álbum «Burn» de Deep Purple.
Este evento estaba claramente orientado a los nostálgicos, atrayendo a una audiencia de mayor edad, fieles seguidores de los grandes del rock. La relevancia de discos como «Burn», que ha sido la banda sonora de varias generaciones, se mantiene intacta con el tiempo.
El espectáculo se centró en Glenn Hughes, cuya presencia y talento dominaron el escenario. Acompañado por una banda profesional pero poco conocida, fue su bajo y su voz los que capturaron la atención. Musicalmente, el show fue sólido, con un sonido bien logrado y Hughes demostrando su capacidad vocal sin escatimar en notas altas y falsetes intensos, características distintivas de su estilo.
La excusa para esta reunión fue el 50 aniversario de «Burn», y el setlist incluyó temas como «Might Just Take Your Life», «Sail Away», «You Fool No One», y «Mistreated», este último muy coreado por el público. También hubo espacio para canciones de otros álbumes como «Stormbringer», «Gettin’ Tighter», «This Time Around», «You Keep on Moving» y «Highway Star».
El cierre con «Burn» fue la culminación perfecta, dejando al público con un gran sabor de boca y demostrando una vez más que el legado de Glenn Hughes y Deep Purple sigue vivo.
Avantasia (YS)
Aunque pueda no ser del todo objetiva, para mí, Avantasia era, sin duda, la actuación más esperada del festival. Avantasia trasciende más allá de los nombres individuales; es un proyecto colaborativo donde los invitados pueden variar, pero lo que permanece constante es su impresionante colección de temas, su excelente producción, su sonido impecable, y un Tobias Sammet estelar que ha creado una amplia familia musical. Aunque haya cambios en la formación, la calidad de sus actuaciones en vivo no se resiente, y gran parte del mérito de la producción recae en Sascha Paez.
Desde 2022, la formación ha cambiado parcialmente, sin Kiske, Martin, Tate ni Atkins, pero con la destacada participación de Bob Catley (Magnum), tras la disolución de Magnum por la muerte de su guitarrista y compositor Tony Carkin. Fue sorprendente verlo tan dinámico en el escenario a pesar de su edad y con una energía impresionante. La verdad que para mí fue de los momentos más emocionantes del concierto con «The Story Ain’t Over».
Adrienne Cowan, ganó protagonismo al liderar varios temas, al igual que Herbie Langhans, quien, además de encantar con su voz grave en «Draconian Love», asumió el papel principal en temas que normalmente canta Atkins, como «The Scarecrow».
Ralph Scheepers (Primal Fear) fue otro de los invitados, y como es habitual, su poderosa presencia y enérgica voz estuvieron a la altura, igual que Sammet, quien actuó como el perfecto comandante de esta pléyade de artistas. Una sorpresa inesperada fue la presencia de Tommy Karevik (Kamelot), quien, a pesar de tener que actuar con su propia banda justo después de Avantasia, se animó a cantar.
Catley asumió el papel principal por primera vez en un tema como «Avantasia», y Chiara Tricarico lo hizo de manera cálida y emocionante en «Farewell». Sammet, fiel a su estilo, estuvo simpático, cercano y muy chistoso, con constantes guiños al público.
A día de hoy, ver el show de Avantasia es lo más cercano a ver una ópera rock o incluso un musical, algo impensable dentro de la temática de un festival, pero que todo el mundo debería de ver.
Praying Mantis (IK)
En el escenario pequeño era el turno de Praying Mantis, la banda inglesa de heavy metal que formó parte de la escena NWOBHM junto a Iron Maiden, Girlschool y Venom a fines de los años 70, y principios de los 80.
Desde el momento en que la banda subió al escenario, el público estalló y es que con su presencia carismática y su talento musical indiscutible, Praying Mantis cautivó a todos los presentes desde la primera nota.
La banda interpretó sus clásicos más conocidos, como «Children of the Earth» y «Panic in the Streets», así como alguno de su último álbum, publicado hace apenas unas semanas. La combinación de las potentes guitarras, los solos impresionantes y la voz poderosa del vocalista dieron como resultado uno de los conciertos de la noche, y es que a pesar de tocar en el escenario pequeño la carpa se llenó hasta los topes.
Kamelot (IK)
El cierre de esta segunda jornada llegaba de manos de unas de las bandas que esperaba con más ganas de esta edición. Y es que la voz de Tommy Karevik iba a llegar a los corazones de todos los allí presentes. Y no solo eso, si no que desde hace un tiempo cuentan con la voz femenina de Melissa Bonny de Ad Infinitum, para mi uno de los mayores atractivos de la banda.
Kamelot subió al escenario con una presencia imponente y una energía arrolladora que inmediatamente nos cautivó a todos.
Una puesta en escena simple pero que se completaban con fuego, humo y con varias performans que acompañaban temas como «Opus of the Night (Ghost Requiem)» o «New Babylon».
El power metal inundó Cartagena, las baterías Alex Landenburg junto al bajo de Sean Tibbets retumbaban con fuerza por todos los rincones, mientras Thomas Youngblood llevaba sus riffs a otro nivel acompañado del teclado de Oliver Palotai.
Y si juntas todos esos ingrediente tendrás como resultado un ambiente épico que te transporta a un mundo de fantasía bastante emocionante.
Si que es cierto que si tuviera que poner alguna pega sería el solo de batería, y es que creo que para un festival donde el tiempo es limitado y el público tan variopinto debes aprovechar cada instante de manera más productiva y dejar huella en aquellos que todavía no te conocen.
Broche de oro con «Liar, Liar», tema con el que la banda se despedía y nos mandaban de vuelta a casa, con las voces guturales de Melissa resonando en nuestras cabezas, para cerrar por todo lo alto la segunda jornada de Rock Imperium