Entrar en el mes de junio implica que vuelve la época de festival y más que encantados de volver a vivir 4 jornadas repletas de música y de tantos estilos como el Rock Imperium recoge. El primer día de los días del festival estaba centrado en el hard rock y pudimos ver bandas de extenso recorrido como Uriah Heep, Extreme o In Extremo. Sin duda el plato fuerte del día era Judas Priest, momento en el pico de público se concentró para ver a los de Birmingham.
La organización está siendo cuidada y en ningún momento vimos colas ni para las barras, y las de los baños son más que razonables durante los descansos entre conciertos. Punto a favor que el personal los mantiene limpios durante todo el día.
No llegamos para ver a los holandeses Blackbriar. Pero sí pudimos llegar a ver a los finlandeses Turmion Kätilöt.
Turmion Kätilöt (YS)
Las tempranas horas y el intenso calor no animaron a mucha gente a aventurarse a ver a Turmion Kätilöt. A pesar de esto, la banda ofreció un espectáculo fascinante con su peculiar mezcla de metal industrial y black metal, logrando un sonido sorprendentemente accesible. Las altas temperaturas no fueron impedimento para que el grupo desplegara toda su performance, ataviados con maquillaje hasta las cejas y ropajes medievales.
Aunque el público inicialmente parecía poco entusiasta, la banda logró animar el ambiente con algunas canciones destacadas, como «Sikiö». El carismático cantante MC Raaka Pee no escatimó esfuerzos, moviéndose incansablemente por el escenario y entregando una actuación memorable.
Ronnie Romero (YS)
Desde bien temprano ya se notaba que esta primera jornada iba a ser una de más más increíbles de la edición. La presencia de Ronnie Romero, una de las voces más destacadas del rock actual destaco entre a pesar del calor asfixiante. Y es que el cantante viene bien acompañado, incluyendo en su banda músicos de la talla de José Rubio a la guitarra o Andy C a la batería.
Desde el primer momento, la química entre los músicos fue evidente. José Rubio, conocido por su virtuosismo y precisión, desplegó una serie de solos que electrificaron a la audiencia. Ronnie, por su parte, demostró por qué es uno de los cantantes más solicitados del género. Su voz, potente y versátil, se movía con facilidad entre registros altos y bajos, adaptándose perfectamente a cada canción. El setlist, cuidadosamente elegido, incluyó clásicos del rock y temas originales, logrando una conexión inmediata con el público.
Eclipse (YS)
Los suecos Eclipse nos trajeron su particular descarga de hard rock melódico, sin sobresaltos pero con su fórmula habitual, que les funciona a las mil maravillas. Los liderados por Erik Martensson se han ganado un puesto más que merecido en la escena del AOR y Erik demuestra su habilidad tanto con la guitarra eléctrica y acústica como solo con su voz, sin necesidad de un instrumento en sus manos. Como frontman, es excepcionalmente competente y logra una hermosa conexión con el público.
De su último álbum «Megalomanium» (2023) pudimos escuchar hasta tres canciones: Anthem, Got It! y The Hardest Part is Losing You. No faltaron sus clásicos como The Downfall of Eden o la especial cantada en español Viva La Victoria. Me faltó escuchar Runaways, pero eso ya es gusto personal.
Uriah Heep (YS)
Era el turno de los británicos Uriah Heep, liderados por el carismático cantante Bernie Shaw y el incansable y mítico guitarrista Mick Box, quien ha estado con la banda desde sus inicios, hace ya unos 50 años. Después de una breve introducción, los Heep entraron con fuerza con «Save Me Tonight» y «Grazed By Heaven», ambos temas de su último disco, Living The Dream.
Después de un potentísimo inicio de su show, Uriah Heep no bajó el ritmo y nos sorprendió con una sublime interpretación de «Rainbow Demon». Presentando su último trabajo, Chaos & Colour (2023), era de esperar que incluyeran varios temas de este álbum, y en efecto, pudimos disfrutar de tres: «Hurricane», «Hail the Sunrise» y «Save Me Tonight».
A medida que se acercaba el final del concierto, la banda nos deleitó con sus temas más emblemáticos como «Gypsy» y «July Morning». Aunque sorprendió que no tocaran «Lady in Black», su repertorio es tan amplio que no lo necesitaron. La sorpresa final fue la aparición de un pletórico Ronnie Romero y Richie Faulkner, quienes se unieron a los británicos para interpretar la archiconocida «Easy Livin'».
Fue una verdadera delicia para cerrar el concierto. Uriah Heep, a pesar de su edad, se encuentran en una forma envidiable y todavía tienen mucho recorrido por delante.
Extreme (YS)
Para ser una banda con mucho recorrido, salieron al escenario con una energía que conquistó al público. Su frontman, Gary Cherone, desplegó un encanto muy al estilo de Mick Jagger, haciendo virguerías con el micrófono de pie y recorriendo kilómetros de escenario. Los años no le pesan. El bajista, aportando coros, añadió un toque muy característico del hard rock americano. A mi gusto, el sonido a veces estuvo un poco alto, pero nada preocupante.
Me sorprendió que, para ser una banda que evoca mucha nostalgia y música melancólica, el ambiente del concierto fuera tan desenfadado y lleno de rock ‘n roll. Tocaron una parte en formato acústico, con canciones como «Hole Hearted» y «Midnight Express», y ofrecieron un solo de guitarra acústica que sonó increíblemente bien. Acabaron esta parte con «More Than Words».
Nuno Bettencourt, con su guiño a su Portugal natal, mostró una destreza increíble en la guitarra. Ver su labor a las seis cuerdas fue una delicia; incluso los solos de guitarra se hicieron cortos.
Acabaron con temas como «Flight of the Wounded Bumblebee», «Get the Funk Out» y «RISE».
Judas Priest (IK)
50 años se dicen pronto, pero en medio siglo una persona, y este caso una banda recoge una cantidad de historia que da para escribir varios libros.
Judas Priest llegaban a Cartagena dispuestos a hacernos disfrutar de este repaso, que se corona con el lanzamiento de su último trabajo Invencible Shield. Los veteranos consiguieron reunir miles de personas que abarcaban varias generaciones, desde aquellos seguidores de los 80s a los más jóvenes que van recibiendo la herencia de sus tíos, padres, abuelos y hermanos mayores.
Rock Imperium se ponía en pausa 1h y media, durante el que cada par de ojos presente se enfocaban en el escenario donde Rob Halford a la cabeza de esta mítica banda, dió una lección de calidad vocal y física como pocos. Podemos decir que estamos disfrutando de una segunda juventud del cantante.
Momentos icónicos como la salida con la moto en Hell Bent for Leather, la arrolladora Painkiller o clásicos como Love Bites, Electric Eyes o Victim of Changes y el himno Breaking de Law nos dejaron en un estado de sumisión y admiración hacia la banda del que nos fue difícil salir.
Y es que esta claro, no hay mejor droga que esta: la música.
In Extremo (YS)
Mi primera experiencia con In Extremo fue en el festival Leyendas del Rock de 2014 (¡hace diez años!). Me quedé fascinada con estos alemanes que ya cuentan con casi 30 años de historia, y sigo pensando que merecen más reconocimiento del que tienen actualmente. De hecho, se han convertido en una banda de culto sin haber alcanzado un estrellato masivo, lo cual es inexplicable.
Su estilo se basa en el folk, mezclando canciones en alemán y atreviéndose con temas en castellano y catalán antiguo. Una curiosidad destacable es que ellos mismos fabrican los instrumentos tradicionales europeos que utilizan, aunque la mayoría de estos instrumentos son tocados por Dr. Pymonte.
Michael Robert Rhein demostró que los años no pasan para ellos y sigue con su estilo inclasificable, que podría encajar perfectamente como cantante de punk. En el concierto, escuchamos clásicos como «Vollmond» y «Liam», además de la rescatada «Ai Vis Lo Lop» del folclore del siglo XII. Ojalá no pasen otros diez años para poderles ver en escena.