Con Rulo es imposible que no se me pase el tiempo volando, para eso es mi artista predilecto y el que más me ha marcado a lo largo de toda mi vida. Desde que saliera su nuevo álbum en noviembre «5», todavía no habíamos tenido tiempo de tener una charla tú a tú. Me sorprendió que Rulo apagó el teléfono y tuvimos todo el tiempo del mundo para hablar del arranque de la gira, de este nuevo álbum, de todo lo que ha pasado en estos cuatro años desde la pandemia y de gustos varios: música, literatura, cine… Con él es difícil no sentirse como en casa. Por ello al final esta entrevista se convirtió en una charla distendida de más de hora y media que para no abrumaros dividiré en dos (o tres, ya veremos) partes. Hace un tiempo ya publicábamos la primera parte, aquí os dejamos con la segunda. Disfruten.
Me interesé más por Carlos Raya a raíz de que produjo tu anterior disco. Después he tenido ocasión de verle en directo con Tarque y me parece un gran músico que entiende muy bien el espíritu de la música en cada situación. Te recomiendo también que le des una oportunidad a una banda que se llaman Dry River que me encantan. Carlos fue el productor de su último disco “Cuarto Creciente”, no sé si los conoces pero te los recomiendo encarecidamente.
No, no los conozco.
¿Cómo ha sido volver a dar el salto con el productor de “5”, Paco Salazar? ¿Qué tal el cambio?
De Carlos Raya, soy casi vecino porque vivimos muy cerca, nos hicimos amigos después de que trabajáramos juntos en el disco. Nos conocíamos un poco, pero no éramos amigos. Luego nos hicimos muy colegas a raíz del disco. Lo fácil hubiera sido repetir con él. Lo mismo me pasó con Tom Russo, producir con él era algo que quería haber hecho con La Fuga y no hicimos. Al final nos lanzamos y podíamos haber repetido también con él. También es tentador irte ahí un mes a Los Ángeles. Pues imagínate qué gozada hubiera sido otra vez. Pero me fui con Paco Salazar.
La diferencia con Paco Salazar respecto a los demás productores, de los cuales me hice amigo después de grabar, tanto de Javi San Martín como de Carlos como de Tom, es que Paco ya era amigo mío. Él destaca más como guitarrista flamenco y guitarrista eléctrico, y se puso a producir en los últimos años, es relativamente nueva esta faceta suya de productor. Es uno de los productores más eclécticos que he conocido jamás, porque, por ejemplo, Javi o Carlos, están más enfocados al rock, auténticos maestros, pero no suelen picar tanto de otros lados. Sin embargo, Paco Salazar hace cosas de lo más variopintas y casi contrapuestas. Luego, Paco me gusta porque no deja su impronta. Es un productor que no es invasivo, no se mete en las canciones. Eso me encanta de él. Además conoce toda mi carrera. Sabía hacia dónde quería llevar el disco y hacia dónde no, sabes.
Paco además tiene un punto que también me gusta mucho que es el de la inmediatez, como yo. Otros productores con los que he trabajado son más, a su ritmo. Paco es rapidísimo. Y eso me encanta porque yo soy así. Para la creación no soporto la repetición. No me gusta repetir 50 veces la misma cosa. Con Paco montamos una canción entre él y yo en una mañana, ¿sabes? Cuando no caes en la repetición se pueden atrapar detalles mágicos de una toma especial, ¿sabes? No estoy cantando la canción 50 veces en el estudio. Es verdad que hago un trabajo previo muy fuerte en casa. Eso me lo dijo Tom Russo en Los Ángeles: «Eres el cantante con el que he grabado, que más veces ha cantado las canciones antes de venir al estudio». Y eso lo aprendí con el tiempo. Yo estoy en el estudio y no leo las letras.
Paco tiene ese punto moderno, sabes, la palabra no es moderna, pero le ha dado una actualización. Actualizado se acerca más, sí, que lo de la palabra moderno me repatea. Él ha sabido plasmar perfectamente lo que yo quería. De hecho, iba a grabar la mitad del disco con él sólo. Todo empezó porque hicimos “Dentro de una canción”, la canción aniversario. La produje con él y hubo una sintonía total. Y luego, a raíz de esa canción aniversario, me planteé grabar con él medio disco. La otra mitad la iba a grabar con Craig Ross, el guitarrista de Lenny Kravitz, que conocí en Los Ángeles. Ya hablé con él, su mujer es de aquí de Madrid. En un viaje que él hizo a Madrid, que tiene casa aquí con su mujer, quedé con él y le dije: «Pues grabamos la mitad del disco contigo y la mitad con mi amigo Paco». Empecé a grabar la mitad con Paco y la otra mitad la iba a componer más tarde. La mitad con Paco me gustó tanto que le tuve que decir a Craig: «Bueno, esperaremos al siguiente disco».
Fíjate, si soy idiota, pero sigo a las corazonadas. Porque Craig me dijo: «¿Te vendrías a grabar conmigo al estudio de Lenny Kravitz?». Y yo le dije que no, pellizcándome, claro. Más me vale que tenga hueco para el siguiente disco, y ojalá que luego no me mande a la mierda, supongo que no, porque es muy buen tipo. Pero fíjate, a las corazonadas, de hacer una canción con Paco a grabar medio disco, luego el medio disco y decir: «Voy a cambiar el plan».
Entonces entiendo que la labor del productor es importante pero una vez compuestas las canciones ya no se meten en la composición ni en cambiar armonías, letras…
No,No quiero sonar soberbio, pero yo ya me llevo mis letras curradas de casa, ¿entiendes? No traigo las cosas a medio hacer y entonces tú me tienes que ayudar, sino que yo antes de llegar al estudio he currado muchísimo en las canciones. He descartado canciones, las he cambiado. El productor está ahí para una palabra, un final, pero no para reescribir una canción entera. Disfruto más del estudio así, ¿sabes? Porque lo otro es una cosa un poco tediosa. Para mí que poco tiene que ver con lo artístico, con lo creativo. Lo hablaba con Coque Malla el otro día, en su caso él va con la banda con todo super ensayado, nosotros sin embargo, entre Paco y yo prácticamente decidimos por dónde va a ir cada canción. Ha sido muy inspirador, la verdad, muy artístico.
¿Has notado también diferencia de introducir el piano en el proceso compositivo?
Sí, sin duda. Ya en el disco anterior, en la canción “Como la Luna”, la hice con el piano. Te hace crear melodías diferentes. Yo soy guitarrista, tengo muchísimas guitarras, las colecciono, soy un loco de las guitarras. Me considero guitarrista, es el instrumento de toda mi vida. Pero para mí, si tuviera que elegir un instrumento como más completo y total es el piano. Es un instrumento que siempre me ha fascinado y que desde pequeño he querido aprender. Me puse con un profesor hace años y ya con La Fuga me atreví a tocar una canción. La verdad es que tenía una jeta del copón porque lo tocaba como podía, pero bueno, ahí está. Al final defiendes tu canción y ya está. Pero ahora sí que ya me metí con un profesor, con Juan, argentino, y meto muchas horas. Y la verdad es que hago canciones con el piano que sé que no me saldrían si sólo me basara en la guitarra para componerlas.
¿Tienes alguna canción favorita de este disco? A mi Dentro de una canción, que sacaste hace un año, me emocionó mucho. He seguido toda tu carrera, de hecho yo te conocí con La Fuga. No tuve la oportunidad de veros en directo nunca. Eso es una espinita que tengo. Pero el contar tu carrera en una canción que te quedó tan redonda, desde la visión de una herida ya cerrada, quedó realmente especial. Otra que también te quedó muy bien es “A Lo Bonzo”.
Creo que Confeti es como la canción más redonda del disco. Creo que encima en directo funciona como un confeti, funciona muy bien. No lo pensaba cuando la compuse. Pero luego el público te sorprende. Y fíjate, ha sido la más importante del disco. Es verdad que todas son muy diferentes entre sí. Eso sí que lo busco mucho para que la escucha sea como un viaje. Con intensidades, que haya cosas más fuertes y cosas más recogidas. A mí hay una canción que me gusta mucho, la producción es de Paco Salazar, pero es verdad que la primera vez que me he atrevido a producir una canción o que al menos sabía cómo la quería antes de presentársela al productor, ha sido Cuestión de fe. Yo tengo un estudio modesto en mi casa con cacharros, pero la mitad ni los sé utilizar bien. Yo lo que utilizo en mi estudio de casa es para componer y grabarlo bonito. Hice un primer esbozo que tenía en el móvil, que había grabado aquí en el estudio, bastante decente, y se la puse a la banda. Y le dije, esta canción voy a hablar con Paco y quiero que sea así, pero sonando bien. Y esa canción es la única que no hemos armado, digamos, de cerro, sino que ya estaba armada. Y tal vez por eso, porque alguna vez le cogemos cariño a las canciones, igual por eso, me gusta mucho esa canción. Y es la más diferente. Mucha gente me ha dicho, que al principio no les terminaba de entrar y ahora es de sus favoritas. Esas cosas son bonitas también. Porque vivimos en una época en la que parece que todo tiene que entrar a la primera, si no te gusta algo a los 10 segundos es una mierda, ¿sabes? Y a veces pasa al revés, lo que te gusta a los 10 segundos es lo que dentro de tres meses te parece una mierda.
¿Cuántas canciones del nuevo álbum vais a incluir en esta gira?
En estas 10 fechas de presentaciones alguna más. Luego obviamente habrá que ir viendo. Y eso te ilustra lo bueno o no para mí que es el disco. En mi segundo disco me precipité un poco y lo pagué, lo quise hacer demasiado deprisa, lo pegué mucho al primero. Y de los cinco discos de Rulo y la Contrabanda, es el que menos me gusta. Creo que le faltaba alguna canción más, ¿sabes? También es la portada que menos me gusta. Sin embargo, del primero se quedaron Mi Cenicienta, Heridas del Rock and Roll, La Cabecita Loca… Esas tres estarán ahí siempre. Del segundo La Flor y Buscando el Mar, aunque últimamente esta última no la tocamos tanto. Del tercero ahí se quedó “Noviembre”, “Me Gusta”, “32 escaleras”, “Tu alambre”. Es una señal de que este disco marcó mucho. Y luego de Basado en Hechos Reales, pues “Todavía”, “Verano del 95”. Entonces, de este disco, me gusta hablar de ello, pero luego lo decide el público. Me huele que será Confeti, será Tu mejor versión. Persiguiendo Sombras, que es una canción que estoy descubriendo que en directo que ha gustado muchísimo y es la favorita de mucha gente. Entonces, yo creo que este disco se quedará en tres también para siempre. Enrique Bunbury me decía, para los que hemos grabado muchos discos, sacar un disco y que se queden tres canciones en el repertorio de para siempre es una maravilla, ¿no?
A mí me gusta una del anterior, que también no sé si la seguiréis incluyendo en directo, pero yo te lo digo por si algún día haces una gira de rara avis, “Bienes y males”.
Sí, esa la hemos tocado, pero en las presentaciones. Lo que pasa es que pudimos hacer pocos conciertos que el pasado disco… Estábamos en el camerino casi medio riéndonos del virus y a los tres días estábamos cancelando Barcelona y todos en casa. Y nos quedamos sin ir en esa gira a Barcelona. Entonces, solo la hemos tocado pues ocho noches, creo, esa canción. Es muy difícil. Claro, para que entre una canción como Bienes y males, por ponerte un ejemplo de esta que hablas tú, tienen que caerse del repertorio, tiene que caerse alguna canción que fue o single o importante, que viene a ser lo mismo. Entonces, es difícil porque para hacerle una de hueco a esa canción tienes que quitar Un Verano del 95 o un Confeti, ¿sabes? Es un bendito problema también, claro, cuando tienes tantos discos dices, joder, cuál dejas fuera, pero por otro lado dices, pues ya te vas acercando un poco a decir tengo 20 o 22 canciones. Entonces, no sé, del disco no estamos tocando todas, pero sí estamos tocando alguna más de las que luego pasarán en verano o ya en la segunda vuelta de la gira, ¿no? Es verdad que en estas 10 presentaciones suenan más del disco que las que van a sonar luego, que eso mola mucho, pero no lo hacemos entero, aunque es un disco corto, no lo hacemos entero.
Esta primera gira arranca con muchas fechas por toda la península presentando el disco pero para algo antes de verano, ¿qué planes tenéis luego?
Pues hace poco anunciamos el último que es el 8 de junio. Es una cita muy especial porque vamos a grabar disco en directo. Ya hace que no grabamos disco en directo desde “A Ras de Cielo”, que fue hace 11 años, con la rueda contrabanda casi recién estrenada.
¿Audio y DVD?
Sí, en el Real Jardín Botánico Alfonso XIII dentro de las Noches del Botánico. Es un lugar al que yo acudo mucho como público. El año pasado fui a ver a Dylan, a Fito Páez, a Calamaro, voy muchísimo. Es un ciclo de conciertos. No es un festival de estos que van 50 grupos en un día, sino que cada grupo tiene su día, ¿no? Entonces nosotros tenemos el 8 de junio, ese nuevo entorno maravilloso. Y el sitio es maravilloso, o sea, tanto para músico como para el público. Entran 4.000 personas, no está masificado. Tienes la pista para estar de pie si quieres y luego la grada atrás si quieres y te mola más sentado. Si vas un par de horas antes hay food trucks, después tomar un vino, hay un grupo tocando en otro escenario pequeño amenizando la entrada. Es la antítesis de un macro festival. Es al revés, es cuidar al oyente. El DVD se va a titular Una noche en el botánico. Ya tengo varias noches pensadas en mi carrera para grabar. Tengo una noche en la arena y tengo varias noches que quiero ir grabando, ¿sabes? Espero que la de la arena sea encantadora.
Hablemos un poco de Noches de Fuga y Contrabando. ¿Te has planteado hacer más fechas?
Fue una idea que tenía en mente desde hace tiempo. Tocamos 25 canciones, una por año de aniversario. Y esa idea la tenía como tantas otras que tomo en la cabeza y luego acaban saliendo… Y luego encima, pues así le gané también un año a la composición porque no tenía el disco entero. Teníamos mono de tocar y fue la excusa perfecta. Encima coincidía con los 25 años. Se alinearon todos los astros. Y era también una manera de reivindicar canciones que he compuesto yo, ¿no? Y fue muy divertido, la verdad. Pero bueno, no pierdo la esperanza de que eso pueda suceder. No lo descarto. Hicimos 25 ciudades y no quise tampoco hacer una gira de 50 conciertos porque entonces no terminaba de componer el disco tampoco. Pero sí, no lo descarto para cuando haya otro aniversario especial y cuando ahora justo lo acabamos de hacer, pues no me apetece, ¿no? Pero seguro que dentro de unos años, porque disfrutas con esos ejercicios, son ejercicios que te hacen volver a momentos de tu vida, que es cuando compusiste esas canciones. Y salvo pues dos o tres que igual te sacan los colores, las demás las podría incluir en un repertorio.