TETE NOVOA
LA SALA WIZINK CENTER
3 de Febrero de 2024
ARA Music Group
Si hablamos de Tete Novoa lo primero que tenemos que hacer es pensar bien lo que vamos a decir antes de abrir la boca. Pues es uno de los grandes cantantes de este país que pasará a la historia, no sólo por su voz, sino por su ambición, trabajo, ilusión y buen hacer.
He de reconocer, por otro lado, que si bien soy un amante de la voz y el canto de este hombre, no lo soy tanto de las canciones que ha sacado en solitario. Ya que se alejan del Tete de Saratoga que tan alto deja siempre el listón.
Sin embargo, tenía muchísimas ganas de ver qué tenía preparado con este Historias que Cantar.
Por un problema en la entrada, entre justo cuando sonaban los aplausos del final del primer tema Vayamos a Más. Una lástima, porque si algo me gusta de los conciertos es su inicio, aunque a juzgar por las bailarinas que de escena se iban retirando, debió de ser una carta de presentación por todo lo alto.
Estaba claro que el concierto iba a ser un golpe en la mesa de Tete y sus temas en solitario. Donde acompañado por Sergio Martínez al bajo, Yeray López a la guitarra y Rodrigo de Lucas al control de las baquetas, y un buen número de bailarinas, sumado a un despliegue inmenso de pirotecnia, humo, confeti, y hasta peluches, iban a justificar, y de qué manera, la asistencia a la velada.
Tras una versión de We Will Rock You, en segunda posición de la noche, cosa que me descolocó un poco. A tu luz despertó en la sala todavía más esas ganas de corear. Tan importante como los temas que iban tocando eran los cambios de vestuario tanto de Tete como del grupo de baile. Y aquí quiero hacer hincapié en lo bien escogidos que lleva los vestuarios este chico.
El concierto seguía cumpliendo cátedra con el repaso de los dos discos que preceden al de Pinto. Con temas como Parte de Ti, El Circo de la Vida, la emotiva Inmortal, donde alguna que otra lágrima corrió hasta el suelo o Solo.
Seguía la gala con Fuego Cruzado, la que describe esas relaciones algo tóxicas entre pareja y donde Tete reivindicó a “dejarse de tonterías” y querer de verdad. Tema que fue muy aplaudido y coreado por las más de 700 bocas que ahí estábamos.
Efímera iba a servir para calentar motores y preparar a la sala para otro mensaje de lucha y esperanza con Techos de Cristal, donde especialmente el cuerpo de baile brilló. Tal vez por el mensaje del tema, que habla de la lucha de las mujeres por alcanzar puestos de relevancia, y al ser todas ellas bailarinas, se sentía esa unión y esa lucha. Fue uno de los momentazos de la noche.
Entre tanta luz, baile y música, me costaba procesar todo lo que estaba viendo. Un medley entre Beat It, Maldito sea tu nombre y The Trooper, me dejó con la boca tan abierta que se me secó. Ya no es solo que cante como nadie, sino que baila como pocos. Se ve que a ilusión no le gana nadie.
Ya nos acercábamos a la recta final de la noche, con canciones más variadas como la potente Evil Machine o la emotiva Seremos tu y Yo, donde proyectaron fotografías de fans junto a sus mascotas y se lanzaron perritos de peluche al público. ¿Pero qué tipo de concierto estábamos presenciando? En el buen sentido por supuesto, sorpresa tras sorpresa.
La traca final vino de la mano de Sin Saber Nadar, Volvamos a Empezar y Somos. Esta última, la que más me gusta de la carrera de Tete en solitario, funciona muy bien en directo y es muy coreable y bailable, como así se pudo corroborar el pasado sábado.
Así llegábamos al final de uno de los conciertos más sorprendentes a los que he asistido. Quiero aplaudir a Tete por su constancia y por creer tanto en su sueño, hacer a tanta gente participe de él y sobre todo, por hacernos disfrutar de su persona y el artista que está hecho. Chapó también a todo el equipo que lo rodea, bailarinas, músicos, coristas, management, etc. Porque como él ha explicado, sin todos ellos no habría sido posible,
El único pero que le saco es no haber tocado ninguno de sus temas con Saratoga. Como podría haber sido Como el viento ya que gran parte de los que estábamos aquel día allí somos arrastrados por lo que es en Saratoga, donde en mi opinión, es donde más brilla y se luce.
En cualquier caso, fue algo único y puede ser un punto de inflexión en el panorama. Ya que en una era digital y rápida predominará el directo. Y un directo como el de Tete será una Historia que Cantar.
CRÓNICA: Andrés Arangure.
FOTOGRAFÍAS: Javier Paredes Photo.