GRETA VAN FLEET
MADRID – 4 DICIEMBRE 2023
WIZINK CENTER
ORGANIZA: LIVE NATION
Dice Robert Plant que «odia» a Greta Van Fleet porque tienen un cantante guapo con estilo que robó la voz a alguien que conoce muy bien…. Otros músicos de reconocido prestigio como Steven Wilson los tacha de una copia de tercera sin personalidad de Led Zeppelin, y este, para bien o para mal, será el sambenito con el que tendrán que cargar eternamente los hermanos Kiszka y Danny Wagner.
Pero hay algo objetivo, su música inexorablemente recuerda a Zeppelin, y de hecho, buena parte del público que llenó la versión de 10.000 personas del Wizink Center estaba allí por eso mismo, público veterano al que no le queda otra opción que recurrir a Greta Van Fleet para rememorar el sonido Zeppelin. Y lo cierto es que los de Michigan sí copian patrones muy zeppelinescos para mal, sobre todo en eso de ponerse pesados y cansinos al alargar artificialmente los temas, en aburrir con solos de batería que rozan la mediocridad, o en extender partes instrumentales donde únicamente parecen disfrutar ellos.
También hay que reconocerles que cuando se centran en tocar sus mejores canciones son una banda de altura, llamativa, accesible y con cierto brillo, que su sonido roza la perfección y que la producción, sin ser nada nuevo ni original -mucho fuego, algún petardito, pasarelas, buenas luces y mucho cambio de modelito de su frontman– resulta visual y efectista al más puro estilo de gran banda, y así llegan cortes como «Highway Tune» donde confluyen todas las virtudes que les han llevado a la popularidad. Ahí es donde resplandecen y donde puede apreciarse su mejor versión.
Lamentablemente, su actuación resulta algo ciclotímica, alternando luces y sombras, pasando de la explosividad de sus mejores temas («The Falling Sky», «Broken Bells», «Meeting the master»), a interludios planos y aburridos como su empeño en encadenar varios temas acústicos (versión de «Unchained Melody», «Waited all your life», «Black Smoke Rising»), y la ya comentada artificialidad de los solos extra largos y prescindibles que irremediablemente llevaban a la desconexión de la audiencia.
Josh Kiszka tiene hechuras de rockstar de la vieja escuela mezclada con el glamour cambia modelitos de una folclórica, cierto que exuda carisma, pero sus dotes comunicativas no son las mejores, intenta conectar con el público, pero no lo logra del todo, y eso pese a buenos intentos como pasearse a hombros de un asistente regalando flores a la audiencia…. desgraciadamente no resulta del todo natural, pero eso sí, su voz (la amas o la odias) estuvo perfecta durante todo el show
Tras los bises «Rhapsody in blue», «Light my love» y «Farewell for now», llegó el fin del concierto y la confirmación del porqué es una banda que logra enfervorecidas reacciones a favor o en contra. Ambos tuvieron razones más que suficientes para afianzar su postura.
Juan José Díez
Fotos: facebook livenation