Éramos felices y no lo sabíamos. Tuvo que llegar una pandemia para aprender a disfrutar de verdad de los pequeños placeres de la vida, y uno de ellos es el poder disfrutar de un festival en directo. Después de la última edición “normal” de 2019, tras cancelaciones, pequeños formatos con asientos y demás, por fin llegó otro Resurrection Fest como es debido, y además lo hizo por todo lo alto, con la edición más grande de su historia con nada más y nada menos que cinco días de conciertos.
Se notaban las ganas, la asistencia a esta Warm-up party era abundante, y la Resu City vibró desde primeras horas.
¿Cambios? Algunos que ya se habían anunciado, como el intercambio entre los escenarios Chaos y Desert, y como era previsible debido a este clima inflacionista, un alza en los precios en comidas y bebidas. Caña, 1 token (3 euros), litro (3 tokens), y las zona de restauración con bocatas, hamburguesas y demás, entre 3 y 4 tokens.
Otro de los cambios, al menos en esta jornada inaugural, y no es que pille de sorpresa, fue el frío. Es Viveiro, Galicia, y sabemos que por las noches refresca, pero no recordaba otros Resus a 13 grados.
SERRA BULHO
En cuanto a lo musical, la primera actuación que vimos fue la Serra Bulho, que poco podemos decir que fue peculiar. En sus shows, lo que menos importa es la música, no estás allí para disfrutar de una propuesta de excelencia musical, si no lo que importa es imbuirte en un ambiente festivo, y eso lo consiguieron.
Con su grindcore festivo y todos sus aderezos en forma de cheer leaders, pelotas volando por las nubes, colchonetas para hacer crowdsurfing y demás, lograron que los asistentes bailaran, botaran y se vieran inmersos en unas congas gigantescas que levantaron las sonrisas de otros espectadores más escépticos.
BLEED FROM WITHIN
Personalmente, nos pareció el mejor concierto del día. La descarga que protagonizaron los escoceses Bleed From Within fue pura energía. Con un sonido perfecto, y una actitud rebosante de intensidad, levantaron Viveiro con un metalcore de factura sobresaliente.
En 2019 su vocalista Scott Kennedy tuvo la difícil tarea de hacer de sustituto de emergencia en While She Sleeps, allí vimos su calidad y su carisma, pero hoy con su banda le vimos brillar en toda su intensidad.
Con un disco recién salido bajo el brazo, había que meter temas nuevos en el concierto, pero también hubo tiempo de repasar temas más antiguos, y con los “I am Damnation”, “Afterlife”, “Pathfinder”, “Stand Down”, “Fesh And Stone” “Ascend”, “Levitate” y demás se metieron al público en el bolsillo.
Scott es un frontman de muchos quilates, secundado además a la perfección por el brillo de las guitarras de Craig y Martyn, y la base contundente de Ali y Davie, eso unido al ya mencionado gran sonido, hizo que de su actuación algo memorable.
ALIEN WEAPONRY
El inicio del concierto llegó precedido por una Haka maorí, un entrante que reflejó a las mil maravillas todo lo que vendría después, una banda que hace de su origen y sus componentes raciales su seña de identidad.
Imaginemos que a Sepultura le quitamos su rollo brasileño amazónico, y lo cambiamos por un toque Maorí, eso es Alien Weaponry, un trío que hizo un buen concierto, con sonido digno aunque a veces se echara en falta una segunda guitarra.
El que más transmitía sobre el escenario era Türanga, con su pintura tribal en el rostro, y sus más que expresivas caras, mientras que Henry de Jong llevó el verdadero peso de la actuación con temas como “Holding My Breath”, “Rü ana te whenua”, “Blinded”, “Tarangora” “Hatupatu” y alguna otra.
Bien, pero nada especial ni espectacular.
BULLET FOR MY VALENTINE
Con Bullet llegó la noche y el frío, pero no en lo musical, ya que de nuevo el gran sonido, limpio, pulcro a la vez que contundente, fue vehículo perfecto para que la banda ofreciera una gran actuación llena de sus grandes éxitos.
Sus compañeros británicos habían dejado el listón muy alto, y aunque personalmente creo que estuvieron a un nivel ligeramente inferior, su actuación también podemos encuadrarla entre las notables.
Con chupa de cuero, pelo largo y gorra, Matt, perfectamente secundado por Michael (hay que ver que gran dúo de voces forma esta pareja), lideraron un show enérgico, que solo bajó pistones cuando incidían en la parte más melancólica de sus canciones, pero los “Your Bretrayal”, “Knives” “All These Things I Hate”, “Tears Dont Fall” y demás sonaron a las mil maravillas.
Obviamente, la noche enfatizó un juego de luces no espectacular pero sí efectivo, y si a eso le unimos la gran afluencia de público, tenemos ingredientes para asentar las bases de una buena descarga metalera.
También sonaron “Waking The Demon”, “Shatter”, “Piece of Me” y otras, todas cortadas por el mismo patrón del gran sonido.
Si Bleed From Within fue un 9, esto fue un 7.5.
DEFTONES
Y llegó el colofón de la noche con unos Deftones que no pisaban nuestro país desde hace bastante, había ganas de verlos, y aunque su propuesta no es de las más contundentes y rebosantes de fuerza, ofrecieron una actuación irreprochable en cuanto actitud, aunque con un pequeño “pero” respecto al sonido, y es que en los primeros temas, cuando Chino ponía su voz más limpia y armoniosa, no sonaba muy bien, fue mitad culpa del sonido, mitad culpa del propio Chino que no cantó muy bien esas partes, algo que contrastó con el sonido perfecto del resto de la banda.
Para ser el gran cabeza de cartel, no tuvo un juego de luces o escenografía impactantes, hicieron de la sobriedad su bandera y cedieron el protagonismo a su música, donde temas míticos como “Genesis”, “Rocket Skates”, “Be Quiet And Drive”, “My Own Summer” fueron muy bien recibidos por una parte del público, y con cierta indiferencia por otra parte, más ávida de sonidos más contundentes.
En “Swerve City” Chino cogió la guitarra y bajó un poco de intensidad, ya que hasta ese momento no había parado de moverse, saltar y vibrar por todo el escenario, y eso que cantó con un micro con cable que en algún momento le causó algún que otro problema.
“Digital Bath”, “Around The Fur”, “Headup”, “You’ve seen the butcher” fueron otras en sonar justo antes de “Sextape”, donde esta vez sí, la voz de Chino alcanzó su máximo esplendor, momento en alza que enlazó con un gran “Diamond Eyes” y “Rosemary”.
Para el final, “Bloody Cape”, “Change”, “Ohms” (temazo que sonó cañón), “Lotion” y “7 Words”.
Deftones es el típico grupo que si eres seguidor, disfrutas a tope, pero que te deja frío en caso contrario, cierto es que su música quizá sea más para disfrutar en la comodidad de casa que en directo, pero hay que reconocer que sus partes contundentes también se desenvuelven muy bien en un concierto, algo que no ocurre tan bien con los temas más íntimos.
Buena actuación, irreprochable en cuanto a entrega, pero que no convenció al 100%.
Texto: Juan José Díez y S.A. Sánchez
Fotos: Juan José Díez
Foto Deftones: Resurrection Fest