Arendel+ Argion + Sylvania
Sala Hysteria, Madrid
7 de mayo de 2022
La sala Hysteria de Madrid acogió el pasado sábado 7 de mayo una noche de power metal, melodías pegadizas, mucha tralla y historias épicas. Las jóvenes, pero talentosas bandas, Arendel, Argion y Sylvania nos hicieron disfrutar y apreciar en vivo las complejas composiciones tan características de este género.
A pesar de que la sala Hysteria no es un referente en cuanto a acústica se refiere, el sonido fue bastante bueno, si bien las voces no lucían lo que deberían.
Los primeros en subir a las tablas serían los madrileños Arendel, liderados por su vocalista Adrián. Tras la intro y los primeros aplausos del aforo, rompían con la melodiosa canción que abre su último redondo, El Pacto del Ángel, tema que sirvió para que los músicos cogiesen soltura y se fueran sintiendo poco a poco más cómodos.
Hijos del Mal, un tema algo más oscuro y contundente donde el vocalista bajó varios tonos, sería seguido por Tantas Noches, frenando el tempo, pero no por ello alejándonos de esa aura mágica que logran las composiciones de esta banda. Noche de cuervos volvía a aportar la parte más metalera de la banda, tema que disfruté algo menos que Jugando a ser Dios, con un estribillo muy pegadizo y cantable.
Volvíamos a los temas del último disco, esta vez con una de mis favoritas, La Rosa Maldita, todo un hit rápido y melódico. Ambos guitarristas, Manolo y Kash, estaban muy compenetrados y entregados. En lo personal disfruté mucho la dupla. A pesar de que, en la versión del disco, Ella, la canta Alba Rico, Adrián la defendió de diez, dándole a su voz un matiz algo más íntimo y tierno que lo que venía siendo la noche. Sueños de Cristal me recordó a los inicios de Avalanch, un tema difícil de interpretar pero que se disfrutó mucho tanto arriba como abajo.
La última Carta y Allí donde estés le vinieron de lujo al cantante y violinista (aspecto que me sorprendió mucho), para lucirse vocalmente y demostrar un rango vocal envidiable. Arendel se despedía con Fiesta post mortem un tema festivo e ideal para dejar el escenario caliente a Argion. Arendel demostraron que tienen muchas ganas de tocar y disfrutar, tienen buenos temas y músicos, pero eché en falta algo de solidez.
Solidez que por otra parte vi en Argion, que siendo la banda que menos conocía, fueron los que más me gustaron y los que más me sorprendieron. Basando casi todo su repertorio en leyendas y aventuras, escogerían para iniciar este viaje por la historia Tiempo de Héroes y Águila de Sangre, que me recordó a Dragonforce pero algo más lenta. Siguiendo el orden del disco seguirían Tierra Prometida y Reino del Terror, donde ya empezábamos a ver el potencial de esta banda, en especial de Panny. Vaya pedazo de frontman que, sin tener un registro agudo típico del power metal, me pareció un tremendo cantante en cuanto a garra y técnica y, sobre todo, como frontman.
Se comió el escenario el solo y puso la sala patas arriba. Me quito el sombrero también ante el resto de la banda, quienes todos y cada uno de ellos tuvieron su momento de lucidez y compenetrándose entre ellos como si llevaran toda una vida en la carretera.
La siguiente en sonar sería una versión metalera de Melina. Bien interpretada, sin embargo, me quedo con la versión de Camilo Sesto. Pablo, todo un crack a la guitarra, preguntó a ver si había algún asturiano en la sala, pues era el turno de la contundente Astutorum, melódica y con unos teclados por parte de Nacho muy cuidados. Tiempo de la balada, donde Nacho y Panny eclipsaron la sala con Lamento de un Adiós. Turno para la canción más coreada de la noche, la épica Canción del Pirata, de Tierra Santa, aunque, al igual que en Melina, le dieron identidad propia.
Para Soldado Errante, contaron con la colaboración de Adrián de Arendel. Cerrarían casi sin parar con la coreable Corazón de León y la pegadiza Sobre el Mar.
Veo muy buen futuro para esta banda, muy joven, pero con las ideas claras y un directo muy cuidado.
La última banda de la noche, en lo personal una de mis favoritas del panorama y que más ganas tenía de ver. Creo Sylvania deberían estar mucho mejor posicionados de lo que están, porque son unos músicos de diez y componen verdaderos himnos. El concierto que dieron que, aunque el más corto de la noche, me dio la razón, pues los temas suenan atronadores y ejecutados a la perfección. No obstante era una situación atípica para los valencianos, pues su bajista Álvaro y presentaban a su nuevo cantante Alberto Symon.
La epicidad característica de las intros de la banda se abría paso con Mare Tranquilitatis, que rompía con El Reino de los Sueños. Aún no me explico como la batería siguió en pie tras este tema, pues Sergio Pinar la reventó, sonando atronador y arrollador. Transylvania sonó algo más apagada, quizá por tener que competir con la predecesora y con la posterior La Princesa Prometida, en la que nuevamente la batería sonó brutal. Qué pedazo de batería es Sergio Pinar.
Mención especial también a las cuerdas, pues Alberto Tramoyeres y Sergio Garay son una dupla que llevan el instrumento a otro nivel. Alberto es un virtuoso como pocos y verle tocar en vivo es un placer. Por su parte, Sergio ejecuta con mucha personalidad los solos y empapa la sala con su carisma. La pegadiza Finis Templarii fue coreada y creo que fue en la que más a gusto se sintió el nuevo vocalista.
Tocaba promocionar el nuevo disco, o reedición, mejor dicho, Lazos de Sangre X Aniversario, con el poderoso tema que abre el mismo, Lazos de Sangre, tema que ha ganado en potencia en esta nueva reinterpretación. En la siguiente canción casi me mareo al ver los dedos de Alberto y Sergio interpretar los frenéticos riffs de Testigos de las Estrellas, un diez en especial a ellos dos porque aquí realmente se salieron. Con Luna Quebrada me atrevería a decir que nos pusimos a bailar, y es que es muy melódica hasta tal punto que nos hace olvidar el mensaje reivindicativo que lanza. Para terminar, no podía ser otra que Vivo en tu Memoria, icono indispensable de la banda.
Sylvania son muy buenos, y a pesar de estar sin bajista y con un nuevo cantante, defendieron el bolo perfectamente. Aberto Symon creo que puede aportar mucho a la banda, aunque aún le falta bagaje con ellos, recordemos que es su primer concierto con la banda. Quizá por eso en ciertos pasajes de canciones tuvo que ayudarse de las miradas cómplices de sus compañeros o de lo que cantaba el público. Sin embargo, creo que es un detalle menor. Posee una gran voz y seguro que aporta a la banda talento y experiencia.
Desde aquí felicitar a las tres bandas por gran de noche que nos regalaron, mostrarles mi admiración y aplaudir su buen trabajo, y animarles a seguir luchando y componiendo temas tan buenos como los que presentaron el sábado.
Texto por Andrés Aranguren.
Fotografías por Javier Paredes.