Max Metal

KIKE BABAS junto a Kutxi Romero y El Capitán Cobarde

En múltiples ocasiones, Kike Babas se ha subido al escenario del Capitán Cobarde a recitar, antes de la canción homónima del cantautor, un texto visceral y desamparado, que acaba con estas palabras:

“Y así sobrevivo en esta guerra, inmune a las mensajeras de la parca: la impotencia, la rutina y la apatía. No hago otra cosa que llevar a cuestas la morada y el teatro, la pluma y el beso. Como el viejo bluesman, como el inmortal segundo de este presente que es lo único que tengo. Soy el cardo seco, el trapo quemado que espera chispa para prender fuego. Soy el guiñapo que arde, soy el capitán cobarde. Y si el barco se hundiera, yo sería el capitán, y este no es mi barco, y yo no soy de nadie y tampoco sé nadar”.

Dando paso a una de las canciones más queridas, aclamadas y tarareadas del sevillano. En esta ocasión la colaboración está registrada en acústico en un escenario madrileño. “Capitán Cobarde” (el poema y la canción) es el tema que completa el split-single de “La Chari”, una colaboración entre Capitán Cobarde y Kike Babas que antecede al disco en directo de este último y del que en breve tendremos más noticias. El single ya está disponible en todas las plataformas digitales.


Hace apenas unos día lanzaba además el adelanto del single “Virgen de la Caradura” / “No me beses en la boca” que estará disponible el próximo viernes 1 de mayo en todas las plataformas digitales, junto a Kutxi Romero (Marea).

Virgen de la Caradura. Por Kutxi Romero:

Y lo volví a hacer. Una vez más, canté junto a mi Babas “Virgen de la Caradura”. Esta vez sin equivocarme y haciendo gala de un juego de cintura que ríase usted de Farruquito. Y sonreímos. Y nos abrazamos. Y bebimos. Siempre demasiado. Nunca suficiente. También me contradije dejando que me besara en los labios, cuando proclamé una y mil veces que ningún ser humano lo haría, pero esa canción titulada “No me beses en la boca” nació siendo suya y, aunque el minutero se la arrebató, volví cabizbajo a devolvérsela y a rendirle pleitesía. Porque mi Kike siempre fue el primero. Siempre. Fue el primer escritor al que admiraba de adolescente al que conocí en persona, el primer amigo que tuve en Madrid y la primera cama que me cobijó aquella primera vez que salí de Berriozar solo y asustado. También fue el primero, y el último, junto al que me quedé totalmente en blanco encima de un tablao aquella noche anarquista en La Riviera, mientras las palomas se iban del alero y mi compadre de Hortaleza se tronchaba de risa. Y es que, a lo largo de mi vida, le he dicho que no al ejército, a sumas ingentes de dinero, a apariciones televisivas en programas de supuesta actualidad cultural, a ridículas propuestas multinacionales y hasta he tenido el valor de colgarles el teléfono a los de Jazztel. Pero a mi Babas no. Él es, y siempre será, lo primero. El primero.