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RULO Y LA CONTRABANDA – Basado en hechos reales

RULO Y LA CONTRABANDA

Warner Music Spain

7/10

El pasado 15 de noviembre, Raúl Gutiérrez Andérez, alias Rulo, publicaba su cuarto álbum de estudio en solitario. Han pasado 10 años desde que el cantautor cántabro decidiera abandonar la formación anterior (La Fuga) y emprendiera esta andadura por sí mismo.

Tres álbumes le respaldan: Señales de Humo, Especies en Extinción y El doble de tu mitad. Este último salió en 2016 y hasta tres años después Rulo no ha decidido volver a meterse en el estudio para componer un nuevo álbum. El tiempo le ha servido para evolucionar su estilo, innovar y para afianzarse con su nueva formación, Rulo y La Contrabanda, en la que lo acompañan grandes músicos como Daniel Baraldés, Adolfo (Fito) Garmendia, Karlos Arancegui o Quique Mavilla. Su discográfica (Warner Music) parece ser que cada día confía en él un poco más, y así lo demostraron cuando decidieron doblarle el presupuesto para la grabación de este último CD, lo que le permitió viajar hasta North Hollywood, en Los Ángeles, con el reputado Thom Russo, productor principalmente reconocido por su labor para grandes de la música latina como Alejandro Sanz o Maná pero que también tiene en su haber trabajos para Audioslave o Toto. En la batería, Randy Cooke (Ringo Starr, Ian Gillan, Alanis Morissette), y al bajo, Eric Holden (Shakira, Richard Marx, Nina Hagen).

10 canciones componen este nuevo trabajo y tres de ellas se han dado a conocer a cuentagotas antes de la publicación del disco. «Verano del 95», «Polaroid» y «Todavía». No comparto el publicar tantos temas de adelanto antes de la salida de un disco de larga duración, pero es el sistema que usan ahora las compañías.

Entre todos los temas encontramos muchos sentimientos encontrados, contradicciones y altibajos. Algo a lo que Rulo nos tiene acostumbrados, y que nos hace experimentar un aluvión de impresiones en un mismo disco. «Todavía» es una declaración de intenciones romántica y el estribillo es el punto álgido con una mezcla de euforia y melancolía. Sin embargo, «The End» deja un regusto amargo y es un tema con una gran carga taciturna.

Acústico con protagonismo para el piano y un corte casi entero recitado más que cantado encontramos con «Las señales» y al Rulo más desenfadado y rockero en «Mal de altura«. En la misma línea melódica y rítmica sigue «Bienes y males«. Los tres últimos cartuchos nos traen una balada con piano y guitarra acústica con «Como la luna«.

«El Blues de los sueños rotos» es un homenaje al blues más puro y «La última bala» sirve para cerrar el disco con una canción de lo más Sabinera.

Estamos ante un disco arriesgado y que Rulo tardó mucho tiempo en publicar. No encontraréis ni un ápice del Rulo de La Fuga entre estas canciones, pero está claro que el de Reinosa nunca se quedará en un estilo permanente y eso es lo que tienen los artistas, que su estilo evolucionará y cambiará año tras año con la propia vida y experiencia personales. Un disco diferente pero especial a la vez. Merece una escucha cariñosa.

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