SOILWORK – Verkligheten
Nuclear Blast
9,3/10
Espectacular. Sin palabras me han dejado los Soilwork, banda que me había encantado con Stabbing the Dramapero a los que había perdido cierto apego con los años y sus discos. Pero la gracia de estos suecos es que ya encadenan tres discos muy buenos, y siguen creciendo sin parar. Hay dos elementos clave en todo esto: uno es el guitarrista y compositor David Andersson. El segundo elemento clave es casi una redundancia… se llama The Night Flight Orchestray es la banda paralela del mismo David junto a Björn “Speed” Strid. Podíamos imaginar que el éxito de esta genial orquesta de sonidos 70 y 80 podría llegar a influenciar a Soilwork, pero nunca llegué a pensar que lo hiciera para conseguir algo tan original y pegadizo. Cuidado, Verkligheten puede llegar a conseguir a muchísimos nuevos fans, pero también cabreará a mucha gente que les ha seguido desde sus inicios.
Soilwork consigue un híbrido entre el propio grupo y The Night Flight Orchestra
Impresionante inicio con un “Arrival” arrollador a ritmo de black metal pero jugando con las melodías que gastan esta vez. Un tema que entronca con sus últimos discos pero que ya deja entrever que las cosas han cambiado un poquito. La gama de registros de Strid es, de verdad, alucinante. En “Bleeder Despoiler” vas a encontrarte con los Soilwork de toda la vida. Tema intenso con las guitarras y tempos característicos, incluso con los cambios de ritmo que les han caracterizado siempre. Pero con “Full Moon Shoals” hacen saltar la banca. Aquí irrumpe la The Night Flight Orchestra en tropel, pero de verdad que hacia lo que han derivado es algo original, mucho más melódico, sí, pero también sigue siendo Soilwork. Pero la fiesta sigue… y “The Nurting Glance” maneja un perfecto equilibrio entre agresividad y melodía. Otro estribillo para levantarse de la silla y aplaudir a rabiar.
Altísimo nivel compositivo sin perder el norte en el death metal melódico sueco
Su death melódico sueco vuelve a acariciar los ritmos de blast beat y black metal en “When the Universe Spoke” a pesar de que trabajan bien el estribillo melódico para adaptarlo a esa nueva orientación. Incluyen fragmento calmo que rompe el tema y le añade más matices. Resaltar sobre todo el gran papel que juegan los riffs por parte de Andersson y Sylvain Coudret. Pero la TNFO vuelve a asomar en “Stalfagel” con unas maneras exquisitas en una composición que parece que va a marcar sus próximos directos. Hímnica, melódica y espectacular. Mismos ingredientes para el siguiente plato: “The Wolves Are Back in Town” con puente melódico, pero verso y estribillo rasgados. Otro tema muy pegadizo con las guitarras típicas del death melódico sueco. Otra que se acerca a la TNFO es la espectacular “Witan” con unas guitarras absolutamente Amorphis (no es nada casual esta influencia) y en la que sobresale el trabajo de base rítmica por parte de Bastian Thusgaard y el mismo Andersson al bajo.
Las teclas de Sven Karlsson son constantes y le dan un plus al disco a pesar de que quedan en un segundo plano como en “The Ageless Whisper”. Otro tema redondo de un discazo impresionante. Impresiona la riqueza y variedad que puede abarcar el combo en un solo tema. Entonces vienen las colaboraciones, siendo la primera la de Tomi Joutsen de Amorphis en “Needles and Kin”. Tema muy en onda de los fineses, con protagonismo total para guitarras trazando esas melodías tan características, pero con el deje Soilwork. En “You Aquiver” participa Dave Sheldon en otra pieza melódica y pegadiza a dobles voces.
Puedo entender a todos y todas los que os cabreará esta evolución melódica, pero con Verklighetenel grupo da un salto cualitativo evidente. Son una enorme banda, pero nunca han llegado a la cima del death melódico sueco, por lo que la evolución y el atrevimiento compositivo no han sido extraños a lo largo de su trayectoria. Con este disco se ha abierto la permeabilidad del grupo y han penetrado los ecos de The Night Flight Orchestra. No se han puesto barreras ni límites y han decidido sonar absolutamente contundentes y rápidos para contrarrestar los excesos melódicos. ¿el resultado? Una obra para enmarcar.