THE NIGHT FLIGHT ORCHESTRA – SOMETIMES THE WORLD AIN’T ENOUGH
NUCLEAR BLAST
8,5/10
Brillante homenaje a los 70 y principios de los 80
Divertimento, sonidos retro y homenajes a las décadas de los 70 y 80 es lo que siempre han vendido los suecos The Night Flight Orchestra, y con “Sometimes the World Ain’t Enough” acentúan los teclados en pormenor de las guitarras, consiguiendo sonar accesibles a más no poder. Están entre la banda sonora de los 80, las bandas funk de los 70 y los grupos de AOR tipo Boston o Reo Speedwagon. Y la verdad es que nos encanta, muy a pesar de que el marcado estilo puede hacer algo repetitivo al disco.
Björn Strid y David Andersson (Soilwork) dirigen el cotarro contando con todo un Sharlee D’Angelo (Mercyful Fate y Arch Enemy entre otros) al bajo. Richard Larsson se encarga de teclados y sintetizadores, uno de los elementos clave de su sonido, pero el color y la espectacularidad lo ponen las dos coristas Ana Brygard y Anna-Mia Bonde. Es algo que ya solía hacer Royal Hunt en directo, pero estos suecos les dan pleno derecho como miembros de la banda, algo que se agradece y que huye de la plaga del pregrabado en directo.
Impagable es el tema que abre fuego “This Time”, con mucho protagonismo de las seis cuerdas, solos a lo Neal Schon de Journey y un puente-estribillo genial. Es un poco la fórmula del “Mighty Wings” de los Cheap Trick en la banda sonora de Top Gun, y de verdad que lo han clavado. Sintetizadores de la década de las hombreras y coros envolventes presentan “Turn to Miami”, llevándote a los tiempos en los que “Corrupción en Miami” y Don Johnson dominaban la televisión. Hay un acercamiento a Rick Astley muy valiente y ameno. El funky asoma con ganas en “Paralyzed” y las referencias al sol de California y a toda una era atrapan y convencen, a pesar de que preferiríamos algo más de guitarras protagonistas. Impecable en cuanto a sonido y producción con un Bjorn estelar a las voces.
Desde Queen, pasando por Reo Sepeedwagon e incluyendo a Rick Astley
El tema que da título al disco es quizá lo más brillante de la obra y define perfectamente el sonido de este álbum. Genial estribillo arropado por los poderosos coros positivistas y sensación de buenrollismo total. “Barcelona” es una gema AOR de altísima calidad. Sobredosis de teclados en una línea vocal exquisita en otro puente-estribillo potente en el que saturan de coros y luz. Los arreglos están trabajados al milímetro y consiguen otro tema redondo. “Speedwagon” es más que un título… Un guiño a una gran banda y a un sonido del que han bebido hasta hartarse. Guitarras dobladas en clave Queen y otra dosis de lo que son capaces de ofrecernos. Sorprende ese riff de guitarra y teclado que homenajea a Thin Lizzy-Gary Moore para devolvernos luego a su terreno.
Una banda destinada a crecer como la espuma
El sabor de Queen se abre paso en la melódica y setentera “Can’t Be Bad” para luego tirar de funky y ritmos más negros en “Pretty Thing Closing in”. La labor de Richard Larsson y sus teclas es absolutamente clave, tanto, como una base rítmica que no busca protagonismo, pero que adorna con detalles técnicos y hace caminar los temas. “Winged and Serpentine” mantiene el altísimo nivel del disco a base de clase, y cierran con la extensa, con retazos prog, “The Last of the Independent Romanthics”. Todo un reto subir hasta los nueve minutos practicando este estilo…
Son de lejos una de las apuestas más divertidas y arriesgadas del panorama rockero actual. The Night Flight Orchestra son un viaje al pasado, luminoso y convincente, pero que se aleja del heavy metal varios pueblos. Por temática y sonido casi pasarían por banda parodia, pero lo que hay realmente es un combo con las ideas muy claras y que van bastante más allá de estilos y etiquetas. Si están en Nuclear Blast es porque saben que su futuro es más que prometedor y atractivo.
Track List:
- This Time
- Turn to Miami
- Paralyzed
- Sometimes the World Ain’t Enough
- Moments of Thunder
- Speedwagon
- Lovers in the Rain
- Can’t Be that Bad
- Pretty Thing Closing in
- Barcelona
- Winged and Serpentine
- The Last of The Independent Romantics
Crítica por: Jordi Tàrrega Amorós
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