PAPA ROACH
MADRID – 15 OCTUBRE 2017
SALA LA RIVIERA
Hubo un tiempo allá por finales del milenio y comienzo de los 2000 en el que el Nu Metal era el estilo en boga, parecía que era la nueva panacea metalera, y llamados por dicha efervescencia un buen puñado de grupos se apuntaron al carro…. El tiempo acabó condenando a casi todos a la irrelevancia, pero ya entonces había dos grupos que destacaban sobre los demás, los ya trágicos Linkin Park y Papa Roach, que con un discazo con «Infest» convenció a millones de personas.
Con el paso de los años, el grupo ha virado bastante su estilo, pero sorprendentemente ha logrado mantener una base fiel de fans que disfrutan tanto de los temas nuevos como de clásicos más viejunos. La sala Riviera había colgado el cartel de sold-out hacía semanas, ¿qué público sería el que acudió mayoritariamente a la llamada de su directo teniendo en cuenta que muchos de los asistentes eran menores y por tanto eran niños de teta en su época dorada? Esto significa algo poco desdeñable, y es que su música pasa de generación a generación… y eso no muchos pueden decirlo.
El concierto comenzó tras una larga espera desde unos teloneros olvidables, con «Crooked Teeth» , el corte que da título a su último disco y gran protagonista de la noche, ya que sonaron 7 temas, más que de ningún otro. Le siguió «Getting Away With Murder» y con el público ya calentito llegó el momento de tender puentes al pasado y atacar con un «Between Angels and Insects» que logró un júbilo generalizado… y es que el tirón de estos temas clásicos sigue intacto, son todo un bombazo que levantan a cualquiera.
Otra de las cosas buenas de Papa Roach, es que todos sus temas incitan al movimiento, son cañeros y alegres, y además la energía que imprime Jacoby resulta contagiosa. El escenario no era demasiado espectacular, pero las luces de fondo consiguieron el efectismo justo para huir de la sobriedad, y así llegaron cortes como «Face Everything and Rise», «Born for Greatness», «She Loves Me Not» o «Scars».
Pese a que Jacoby se quejó en varias ocasiones del monitor y tuvo que retirarse para que le ajustaran los auriculares, tuvieron un buen sonido, demasiado alto en algún pasaje, pero correcto en líneas generales.
Tras «Periscope» y «Gravity» llegó una sorpresa en forma de la versión de Blur, «Song 2», otro arma de destrucción masiva con el que meterse al público en el bolsillo. Por si fuera poco, tras «Traumatic» llegó un «Forever» emotivo en el que intercaló el estribillo del «In The End» de Linkin Park…que obviamente fue recibido con entusiasmo y coreado masivamente por el público.
«Blood brohers», «American Dreams», «Lifeline» y «Help» fueron los últimos en sonar antes de una retirada y vuelta al escenario rodeada de cierta mini polémica, y es que Jacoby apareció ataviado con una camiseta del Real Madrid lo que conllevó que la mitad atlética del respetable se soliviantara y pitara con ganas. Afortunadamente lograron silenciarlo a base de los guitarrazos de «None of the Abobe», «Dead Cell» y sobre todo un «Last Resort» absolutamente espectacular. Tras él, y como punto final «..To be loved».
Buen concierto que dejó a casi todos (excluyendo a esos de corazón más colchonero) satisfechos.
Texto y fotos: Juan José Díez