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9.25 / 10
Desde aquella obra maestra inigualable que fue “Meteora”, Linkin Park habían ido facturando álbumes muy distintos, desde el meloso “Minutes to midnight” al experimental “A thousand suns”. Con su anterior “Living things” parecían retomar el camino de vuelta al estilo que les hizo grandes y con este “The hunting party” han terminado de cerrar el círculo, creando una obra que nada tiene que envidiar a su arrasador debut “Hybrid theory”.
La fórmula es sencilla: volver a las bases de guitarra potentes, a mezclar en su justa medida melodías vocales suaves y rompedoras, aportar lo justo de elementos electrónicos y dotar de más presencia a las baterías “reales”. De hecho es en este último punto en el que se nota una clara mejoría dentro de la producción general del disco.
Las canciones se pueden dividir en dos grandes grupos. Por un lado están aquellas que tienen un inicio más lento para desembocar en estribillos marcados, como sucede en “All for nothing”, “Until it’s gone” o “A line in the sand”. Por el otro, encontramos temas como “Guilty all the same”, “Wastelands” o “Mark the graves” en las que la rapidez y la agresividad están presentes desde el inicio. Mención aparte merecen la incursión de la guitarra de Tom Morello en “Drawbar” o la participación de Daron Malakian en “Rebellion”, canción que podría encajar perfectamente en un disco de SOAD.
Sin negarles la valentía que tuvieron en algunas decisiones de su carrera, hay que agradecer que Linkin Park hayan vuelto a darnos un disco con el que recordarnos por qué medio mundo se quedó prendado de este grupo hace ya más de una década.
Miguel Hernández (Fiti)