EAR MUSIC
8.5 / 10
Para alguien como yo, que empezó a escuchar metal a finales de los 80 y que empezó a disfrutar de esto gracias a Helloween, cualquier movimiento, por ínfimo que sea, que hagan alguno de los señores que fundaron la banda de la calabaza me lleva a altas dimensiones de expectación. En ocasiones te pegas porrazos grandes, como los discos en solitario de Kiske, llegas a niveles cercanos al éxtasis como la gira conjunta de Gamma Ray y Helloween. En esta ocasión estoy muy cerca de lo segundo, oír, y espero ver, juntos a Michael Kiske y Kai Hansen es algo simplemente mágico. Además de los dos miembros ya citados el combo se completa con otros buenos músicos como son el batería Kosta Zafiriou y el bajista Dennis Ward, ambos miembros de Pink Cream 69 y el guitarrista Mandy Meyer.
Musicalmente no esperéis un disco de Power Metal potente, ni la continuación de los Keeper´s de Helloween. Para escuchar este plástico os tenéis que situar con la mente libre de esos sonidos. En ocasiones se acercaran a los inicios, lógico escuchando esa voz y esa guitarra, pero no será la norma general.
En cuanto al contenido, ya habíamos podido escuchar tres cortes de este disco incluidos en el EP Ignition, que nos sirvió para abrir boca. El que lo abre es Unisonic, todo un himno, el que le sigue en el disco, Souls alive, y la pegadiza My santuary. Si algo vamos a encontrar en este trabajo son una cantidad de estribillos y melodías que se nos meterán en la cabeza sin control.
En la misma línea de estribillo y melodías pegadizas, y uno de los que más me recuerda a la banda madre de Kiske y Kai, es Never too late. El que sigue es uno de los que puede chocar más a los que busquen en este disco un metal más potente, estoy hablando de I´ve tired, un tema que en ocasiones me suena un poco a pop por el ritmo del bajo y tal… uno de los que menos puede entrar en la primera escucha. Lo mismo ocurre con Star Rider o Never change me, temas que pueden estar un poco alejados de las pretensiones iniciales, pero que en el conjunto del disco quedan bien y tras varias escuchas te hacen disfrutar.
Las baladas tampoco faltan en este trabajo, las encontramos en Over de rainbow y No over ever sees me, donde Kiske demuestra su gran capacidad vocal (y sus famosos gorgoritos), esa que hace muchos años hizo que se hablara de él como uno de los mejores vocalistas de metal. Para terminar con la reseña, en lo musical, destacaros un tema, We rise, para mí de lo mejor del disco, junto a los tres cortes del Ep, se trata de un tema cargado de melodía y con una guitarra que aporta grandes dosis de fuerza y con uno de los mejores solos que podréis encontrar en todo el plastico…
En definitiva, un disco muy esperado para los seguidores de los señores Kiske y Kai, todo un lujo oírlos juntos, pero lo dicho, no esperéis encontrar a los Helloween de los 80. Lo que vais a encontrar es la unión de unos grandes músicos haciendo un gran trabajo de metal. Un disco muy recomendable para escuchar sin ningún tipo de prejuicio o estereotipo…
Miguel Pérez