FRONTIERS RECORDS
7.5 / 10
Journey siguen empeñados en mantener un hueco en el mercado para los seguidores del rock melódico más clásico. Con este disco seguramente consigan gustar a sus fans de siempre, pero no parece que vayan a conseguir más adeptos entre quienes solo conocen el famosísimo “Don’t stop believing”, aunque a estas alturas eso tampoco les preocupará mucho.
Con la base de siempre (Neal Schon, Jonathan Cain y Ross Valory), más el “trotabandas” Deen Castronovo en la batería, ofrecen un producto sin sorpresas, con todos los ingredientes que han marcado su extensa carrera. Mención aparte merece el cantante filipino Arnel Pineda, que calca los registros de Steve Perry e incluso se va atreviendo a hacer aportaciones en la composición.
Podemos hablar de tres tipos de canciones a lo largo del disco. Primero estarían las que tienen vocación de single, como el inicial “City of hopes” o “Anything is possible”, con estribillos marcados y guitarras algo más duras. Después, sin ser baladas propiamente dichas, hay varias canciones que siguen una línea más pausada. Entre estas destacan “Tantra” y “To whom it may concern”. Y, por último, tendríamos una especie de cajón desastre en el que meter a algunos temas que tienen un recorrido más cambiante, casi progresivo. Entre ellos estarían “Edge of the moment”, cuyo riff recuerda muchísimo al de “Perfect strangers” de Deep Purple, o “Human feel”. Es precisamente este tipo de temas el que hace bajar el nivel del disco, porque en algunos casos están alargados en exceso. Con algún tema menos, y acortando algo otras canciones, les habría quedado un conjunto mucho más redondo.
No está a la altura de sus clásicos de los 80, pero tampoco es el típico “disco-excusa para salir de gira”. Si te gusta el buen rock con producciones pulcras disfrutarás con este álbum.
Miguel Hernández (Fiti)