THUNDER – Please Remain Seated

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THUNDER – Please Remain Seated

BMG

8/10

Lo de Thunder ha sido algo casi incomprensible. De ser uno de los más grandes grupos de hard rock británico más imposibles de ver, ahora ya llevamos una racha exagerada, actúan en casi todos los festivales patrios año tras año. Por otro lado, quedan lejos sus años dorados, pero desde su vuelta en 2011 han facturado un par de discos sencillamente colosales: Wonder Days y Rip It Up. Hay fans del combo que los sitúan incluso entre el top 5 de toda su carrera. Verles es un auténtico placer, y el hecho de que lleven tantos años juntos hace que la magia surja y que el combo funcione cual reloj de precisión. Les he podido ver en conciertos absolutamente maravillosos, pero siempre han sido los que más largos en los que les han dejado explayarse. A día de hoy están en una situación en la que pueden hacer lo que les venga en gana, así que para dar un vuelco a los set lists de directo han optado por regrabar material antiguo con un importante lavado de cara.

Thunder reelabora parte de su material en acústico y con otros estilos

Relax, jazz, soul, sitares, momentos acústicos, escobillas… nos alejamos por momentos de lo que esperamos del grupo para adentrarnos en un disco que quizá cueste algo de digerir a quienes esperaban más de lo que suelen entregarnos. “Future Train” se aleja mucho de lo que fue en su día, pero las influencias de otros estilo con sitares y coros femeninos terminan atrapándote. Y es que Thunder son una de las bandas con más feeling de la escena. Antes, un “Bigger tan Both of Us” ya nos ha avisado de que aquí mandan las acústicas y el piano, acercándola un poco a lo que consiguen Quireboys en sus unpluggeds. Atención al tratamiento jazz de “Girl Going Out of Her Head”, de su ópera prima. Irreconocible y con un groove al que se le suman los detalles de piano, las escobillas de Harry James, el contrabajo y la aterciopelada voz de Danny Bowes. ¿Quizá demasiado alejada de la original? Tanto da…

Riesgo y libertad que brillan especialmente cuando suenan a Thunder

Los experimentos de otros estilos se van moderando a partir de ahora y piezas tan bellas como “I’m Dreaming Again” se hacen más familiares. Una de las más grandes composiciones del The Magnificent Seven! “Fly on the Wall” fue el segundo tema de Behind Closed Doors, dotada del riff base acústico y los coros femeninos. Te hará mover la cabeza y los pies. Está claro que esta segunda vida insuflada en temas que han quedado algo apartados les ha quedado realmente bien. Algo similar ocurre en la genial “Just Another Suicide” que les termina sonando un poco a The Police. Hay una onda “Roxanne” en la percusión y sobre todo en los coros. “Empty City” funciona especialmente por las teclas de Ben Matthews, que las combina también con la guitarra, en este caso eléctrica, formando tándem junto a Luke Morley. El final posee puro duende con sus guitarras marchándose en un solo que queda en fade out.

Vuelve el desenchufado en una excelente “Miracle Man” en la que se oye a la banda prepararse y hablar antes de atacarla. Puro feeling con el aderezo de las dos vocalistas femeninas cantando como los ángeles que poco a poco ganan más y más protagonismo. “blown Away” en unplugged ha quedado un poco Mr. Big, pero sigue sonando a gloria y se culmina con la irrupción de la armónica. Una de las joyas del Shooting at the Sunen la que los arreglos con palmadas y percusiones le sientan de maravilla. El mismo disco aporta otro de los grandes momentos como es la balada “Loser”. Una de las que más te convence y llega a pesar de no ser tan festiva como la anterior. Melancolía y acercamiento a Scorpionsesta vez, lo cual les sienta de maravilla y dice muchísimo a favor de los inmensos registros de Bowes. “She’s so Fine” abrió el primer disco del grupo, por lo que es historia pura. Cierran con “Low Life in High Places”, balada dorada, aquí sazonada hasta la perfección. Vientos y coros masculinos la elevan como el mejor corte de la obra, también uno de los más conocidos. Hay un punto Pink Floyd en un crescendo de libro con un teclado muy Lynyrd Skynyrd.

En pleno 2019 disfrutar de Thunder es más fácil que nunca, pero lo mejor de todo es que el combo británico sigue estando a un nivel estelar, e incluso sus dos últimos discos de estudios están a un nivel incuestionable. Estando en esta posición de provolegio toca poder jugar un poco a lo que quieran, y ya que regrabaron un tema hace poco… ¿por qué no hacerlo con todo un disco completo? Ese es el punto de partida, también el de rehacer un nuevo set para el directo y recuperar temas que merecen no quedar en el olvido. Sonido pulcro y acústico que podía haber derivado en unplugged pero en el que juegan con estilos ajenos. Son musicazos, pero cuando suena a Thunder es cuando enamoran.

8.0
  • 8
  • Nota de los lectores (1 Votos) 9.3
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