STREET DOGS – Stand for Something or Die for Nothing

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STREET DOGS – Stand for Something or Die for Nothing

Century Media

8/10

Hasta los años 90 cada música iba en consonancia con cada momento vital y político. Ésta era un reflejo del momento, y las modas estaban influenciadas por el semáforo de la sociedad. El punk fue la reacción al descontento social y a las injusticias de una depresión económica. Algo que suele ser habitual en el arte en general pero que en la escena musical ha quedado domesticado por el poder. Mientras las injusticias se suceden nuestras juventudes perrean, bailan divas del pop o en Cataluña escuchan a Manel. Pero hay bandas que siguen apostando por llamar a las cosas por su nombre, que es lo que siempre ha definido al punk.

La banda del exDropkick Murphys Mike McColgan reaparece tras ocho años de espera

Aquí encuadramos a los Street Dogs de Mike McColgan, el que fuera voz de los Dropkick Murphys. Reactivados después de ocho años de silencio discográfico ondean como bandera el dedo corazón hacia la clase política y en especial a la administración Trump. El punk de los Street Dogs es una buena mezcla entre la herencia californiana, el old school y las influencias más actuales, incluso de los mismos Dropkick Murphys en temas puntuales. Suenan melódicos, cabreados y accesibles. Cuentan con una buena colección de canciones y maldigo habérmelos perdido el pasado día 11 de noviembre en el Estraperlo de Badalona.

Espectacular inicio con el gran tema que da nombre al disco: “Stand for Something or Die for Nothing”. Onda Bad Religion y muy californiano para un grupo de Boston, pero perfectamente accesible y con el cabreo palpable. Mucho protagonismo para las guitarras de Matt Pruit y Lenny Lashley. La onda country es una constante en el disco y asoma en algunos cortes como en el caso de “Other Ones” con un buen riff y coros melódico-cerveceros que dan mucho color. En “Torn and Frayed” nos encontramos con acústicas y piano y mucho sabor a puro rock sureño. Juegan a ser Lynyrd Skynyrd y hacen (casi) su particular revisión del “Sweet Home Alabama”. Muy meritorio. Melódica y radio-formulera ha quedado “The Comeback Zone” pero es otra buena demostración de la facilidad que gasta el grupo por la sencillez y los estribillos entonados.

Melodía, rabia y temas variados

“Angels Calling” es otra vuelta de tuerca, siendo más oscura, pero manteniendo los coros californianos. La templada “These Ain’t the Old Days” se sale un poco de los esquemas demostrando que en la variedad está el triunfo de este combo. Buena onda en “Working Class Heroes” demostrando que todas las letras tienen buenas historias de protesta y reivindicación. La producción es perfecta y la variedad compositiva es uno de los pilares de este disco, haciendo que el resultado sea más que atractivo. “Lest We Forget” es un guiño a los Dropckick Murphys y “The Round Up” punk de la onda 80 con melodía de los 90. A destacar toca esa maravilla llamada “Mary on Believer Street” con una excepcional línea vocal y de una aparente sencillez pasmosa.

Lo único bueno de la administración Trump es que cabrea a bandas punk y éstas sacan lo mejor de si. Street Dogs alzan el dedo corazón con melodía y rabia a partes iguales. Han tardado ocho años, pero ha merecido la pena. Aportan un disco variado, señalan los problemas de nuestra sociedad y los llaman por su nombre. Hay canciones realmente logradas y hay mucha calidad a pesar de ser casi un divertimento del gran exvocalista de los Dropkick Murphys Mike McColgan. Sólo por el tema título ya vale la pena acercarse a Stand for Something or Die for Nothing.

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