CRÓNICA: HELLOWEEN – (Madrid) – Diciembre 2017

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HELLOWEEN 

MADRID – 9 DE DICIEMBRE 2017

WIZINK CENTER

Hay citas que son prácticamente irrepetibles, que pasan a la historia y que, por distintos y variados motivos, quedan para siempre grabadas en la memoria de sus testigos. Y la de la noche del 9 de Diciembre de 2017 en el Wizink Center de Madrid, era una de ellas. Cuando un concierto que a priori está preparado para un aforo muy inferior, el del formato Ring del propio Wizink, termina siendo prácticamente un sold out ante más de 14.000 personas, sabes que va a ser una noche mágica que, además, va a quedar registrada para un futuro DVD. Ya desde primera hora de la tarde se notaba en el ambiente exterior el propio de las grandes citas, miles de heavies dispuestos a disfrutar al máximo una reunión histórica, la de los míticos HELLOWEEN, padres absolutos de la historia del Power Metal, con dos grandes nombres al frente, Mr. Michael Kiske y su majestad Kai Hansen. Y así comenzó nuestro cuento.

Al ritmo de  «Let Me Entertain You» (más apropiado imposible) de ROBBIE WILLIAMS caería el enorme telón de HELLOWEEN que cubría todo el escenario y, como sino hubieran pasado 30 años, teníamos ante nosotros a los germanos dando un repaso más que emocionante a los míticos «Keeper Of The Seven Keys», comenzando por la maravillosamente extensa «Halloween», toda una declaración de intenciones que para cualquier otra banda supondría un enorme riesgo (no nos olvidemos que hablábamos de un corte de más de 13 minutos). ¿Lo mejor de todo? Que des del minuto 0 sabíamos que aquello no iba a ser una competición Kiske VS Deris, ni mucho menos, ya que se podía palpar en el ambiente el sincero buen rollo que se desprendía entre ambos vocalistas, y que certificarían en la divertida «Dr. Stein», que puso patas arriba la sala y provocó una enorme sonrisa que a día de hoy aún creo que sigue en el rostro de la mayoría de los que estábamos allí. Michael se quedó solo ante el peligro para ejecutar una contundente «I’m Alive», que desató el unánime entusiasmo de todos sus seguidores y demostró la recuperación que ha tenido en sus cuerdas vocales tras unasprimeras fechas algo polémicas e irregulares.

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Bajó la luz y llegó el turno de Deris al mando de la preciosa «If I Could Fly», uno de esos temas que han pasado a la historia dorada de la formación, pese a que en su día «The Dark Ride» levantará más de una ampolla, no en vano un disco tan oscuro quizás no era a lo que nos tenían acostumbrados los creadores del Happy Metal. He de confesar que me despierta una enorme satisfacción que a día de hoy, precisamente este sea uno de sus lanzamientos a reivindicar y sea tan querido por gran parte de sus fans. Y tras la calma llegaría la tempestad al compás de «Are You Metal?», un clásico instantáneo en forma de trallazo de Heavy Metal, sin concesiones, y con el trio a las seis cuerdas formado por Michael Weikath, Sascha Gerstner y Kai Hansen demostrando todo su potencial. Por cierto, me gustaría reivindicar el papel de Sascha a día de hoy, tanto a nivel compositivo como instrumental, que considero indispensable en el gran momento por el que pasan las calabazas, más allá de reuniones y grandes giras. Sobre Deris sobran los comentarios y explicaciones, y es que si siguen vivos (¡más que nunca!) es en gran parte gracias a su llegada hace más de veinte años, su irreprochable trabajo al frente del grupo y la pasión que desprende en su trabajo.

Los dos frontman seguían desfilando a lo largo de todo el escenario y su pasarela, regalando gestos y sonrisas cómplices pero, sobretodo, haciendo gala del gran estado de forma en el que se encuentran. Es cierto que Kiske se iba dosificando en alguno de los temas, y es que el repertorio era de lo más exigente para alguien que se alejó del Heavy Metal hace un tiempo hasta que un jovencito llamado Tobias Sammet le recuperara para siempre en su proyecto AVANTASIA. Aun así momentos como el que nos brindó «Rise And Fall» servirían para constatar estas sensaciones. Le daría el relevo Deris para ejecutar «Waiting for the Thunder» antes de volver a formar duo en «Perfect Gentleman», compartiendo escenario y voz, pintando una humorística nota de color al show y recordándonos, como se encargarían de hacer en más ocasiones a lo largo de la noche, el excelente álbum que es «Master of the Rings». Un debut discográfico de Andi con HELLOWEEN hace ya más de dos décadas, que ha envejecido de forma envidiable, y que ni el mismo podría haber soñado un arranque mejor para su etapa que sigue en vigor a fecha de hoy. Y que no tengo duda de que seguirá así hasta el fin de la banda.

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Y, ahora sí, llegaría el momento de retroceder al máximo en la historia de los alemanes, en la que sorprendieron al mundo del metal con su fresca mezcla de Heavy, Speed e incluso ciertos ramalazos Thrash, con Kai Hansen al frente. Las divertidas introducciones que veíamos en la enorme pantalla del escenario y que tenían por protagonistas a dos divertidas calabazas, Seth y Doc, además, nos servían para ir contextualizando todo el setlist. Pero vayamos a la música, y es que el bueno de Hansen arrasó cual huracán gracias a un glorioso medley que nos rejuveneció a ritmo de «Starlight», «Ride the Sky» y «Judas», que sonaron francamente atronadoras. Quizás nunca haya sido un vocalista espectacular y no pasé por su mejor momento, como quedó de manifiesto recientemente con la incorporación al apoyo vocal de Frank Beck en sus GAMMA RAY, otro de los grupos sin los que no podríamos entender el Power Metal. Bueno, ni el Heavy Metal. Aún así resultó más que convincente y, obviamente, tenía el factor nostálgico completamente a su favor. Además no hay que olvidar que él, gracias a sus dos «Hellish Tour» junto a HELLOWEEN y su actividad junto a Kiske en UNISONIC, es uno de los mayores responsables de que este «Pumpkin United» sea un sueño hecho realidad. Pero la cosa no acababa aquí, y «Heavy Metal (Is the Law)» remataba con el puño en alto, los cuernos al aire y el griterío de miles de personas, su particular y más que merecido momento de gloria.

¿Y que sería del metal sin sus baladas? Pues tranquilos, que en casi tres horas de actuación no se podían olvidar de ellas. Kiske y Deris ocuparon el frente de la pasarela, se pusieron cómodos, e hicieron que el Wizink se apagará y los móviles, mecheros y demás parafernalia, iluminaran el recinto para acoger como se merece a «Foverer and One (Neverland)». Tengo que admitir que algo me fallo en el tema, no se si fue la tesitura que formaban el juego de ambas voces, o que se encontraban en registros algo dispares, pero aún así resultó de lo más emotivo. Personalmente no llega al clímax de «If I Knew», por poner un ejemplo del mismo disco, el gran «The Time of the Oath» (mi primera gira de los alemanes cuando era un ingenuo adolescente que daba sus primeros pasos en esto del Heavy Metal), pero aceptamos barco, ya que no cabe duda de que se ha convertido en otro de sus imprescindibles. Y para imprescindible la experiencia que nos hizo vivir Kiske en la preciosa «A Tale that Wass’t Right», y es que como aunque el mismo reconoce le hubiera gustado más parecerse a su admirado Elvis Presley en lugar de a Rob Halford (sí amigos, hablamos del pelo), pocas voces más al margen de la suya tendrían la habilidad de llegar a esos exigentes agudos de la composición, a pesar de su edad y su salud. Denis volvería al escenario a ritmo de «I Can», haciendo gala de su cada día mejor (y más divertido) español, logrando una conexión con sus seguidores que a estas alturas ya era más que total. Si todo esto no fuera suficientemente emotivo, llegaría Dani Löble con su solo de batería a dos manos debido a la presencia del añorado Ingo Schwichtenberg en forma de vídeo. Descanse en paz maestro.

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Pero el show debía seguir, y todos los cantantes se iban alternando en el escenario y protagonismo del micrófono, recorriendo su dilatada carrera con piezas inesperadas como «Livin’ Aint No Crime» o la indispensable «A Little Time», a cargo de Michael Kiske y que llevaría los coros del público hasta la extenuación, convirtiendo el concierto en una auténtica fiesta. No les tendrían mucho que envidiar «Sole Survivor» o la mágica «Power», que con Andi Deris al frente firmó uno de los momentos más espectaculares de toda la velada, y es que es difícil imaginarse una cita con ellos sin la presencia de este último tema en su repertorio. Pero lo mejor aún estaba por llegar, y como explicó Deris en su introducción, llegaría la canción que a él (y a muchos de nosotros) nos supuso el primer contacto con los germanos, «How Many Tears». No puedo ocultar mi debilidad por este corte, y si a eso le sumamos las voces del propio Deris, Kiske y, como no, Hansen, unidas por la causa, el resultado no podría ser mejor. Más de siete minutos de Heavy Metal en los que las guitarras de Kai, Michael y Sascha, se fundían con el bajo de Markus Grosskopf (¡hay que ver la simpatía que desprende este hombre en cada uno de sus conciertos!) y el frenético compás marcado por Dani. Cuantos de nosotros ya habíamos perdido la esperanza de vivir algo como esto en un escenario…

La historia de las dos brillantes entregas de «Keeper of the Seven Keys» son la historia de HELLOWEEN, ya que no podríamos entender la existencia de los unos sin los otros, y de nuevo volverían a recuperar su máximo esplendor y el protagonismo que merecen en un setlist como el de esta gira. Tras la introducción de «Invitation» todos sabíamos lo que llegaría a continuación, y eso despertó el entusiasmo entre el público ansioso por disfrutar de uno de los temas más emblemáticos de la banda, «Eagle Fly Free». Kiske justificó para que servían las reservas y descansos que se iba tomando, y trató de llegar a lo más alto, como haría tres décadas atrás, empujado por el aliento insaciable de miles de seguidores a los que eran imposible decepcionar. ¿Y cómo mejorar un momento como este? Fácil, sacar a relucir el potencial y talento de todos y cada uno de los músicos que se encontraban en el escenario de la mano de esa joya que lleva por nombre «Keeper of the Seven Keys». Minutos y minutos de pausa, velocidad, un estribillo marca de la casa, desfile de agudos, y solos que valen su peso en oro, para el deleite de un público que se negaba a aceptar que el final del show cada vez se veía más próximo, y es que el tiempo pasa volando cuando uno es feliz.

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Segundo (y último) bis que se vería interrumpido por los emblemáticos sonidos de guitarra de Kai Hansen que darían pie a la inmortal «Future World», clásico entre clásicos ya no solo para HELLOWEEN, sino para la historia del Heavy Metal. ¿Hay alguien que no reconozca esos riffs? ¿Que no se sepa ese primer verso que (casi) siempre canta el público en solitario? ¿Qué no se sepa al dedillo el estribillo? Os puedo asegurar que si lo hay, no estaba esa noche en el Wizink Center de Madrid. Eso sí, ¿Hay algo más clásico que «Future World»? ¡Por supuesto! ¡»I Want Out»! Y con ella llegó el fin de fiesta, los últimos agudos de la noche, esas inconfundibles guitarras, y la estampa que formaba un público abarrotando el recinto se vio coloreada por globos con divertidas calabazas que navegaban y saltaban entre él. Casi tan felices como nosotros. Y así terminaba un concierto que, a pesar de sus casi tres horas de duración, supo a poco, pero que nos hizo vivir algo que todos dábamos por perdido y de lo que quizás aún no éramos conscientes del todo. Poco más se puede añadir a esta crónica.

No me gustaría despedirme sin recordaros que en la próxima edición del ROCK FEST BARCELONA tendremos a HELLOWEEN con su «Pumpkins United» de nuevo, en otra cita obligada para cualquier fan de las calabazas, el Power o el Heavy Metal. Probablemente no tendrá la magia ni la duración de esta noche, pero escribirá una nueva página dorada en la historia de los alemanes. ¿Alguna pega a una experiencia como la vivida hoy? Puestos a ser críticos, estoy convencido de que a todos nosotros nos hubiera encantado constatar en vivo la calidad de su canción «Pumpkins United», hecha por y para la ocasión y que, incomprensiblemente, se ha quedado fuera de sus repertorios. No pasa nada, en los festivales que protagonizarán el año que viene tienen una oportunidad única para redimirse. Solo queda saber si esta reunión quedará en algo puntual para un espectacular tour y un nuevo tema, o quizás tengamos disco en un futuro muy próximo. Soy de los que piensan que esto debe quedar así, y cada uno seguir su historia, pero, ¿Por qué no disfrutar de un «Hellish Tour III» con HELLOWEENGAMMA RAYUNISONIC?Para acabar, dar las gracias. Gracias Deris. Gracias Weikath. Gracias Gerstner. Gracias Grosskopf. Gracias Löble. Gracias Hansen. Gracias Kiske. Y gracias a ti también, Ingo, allí donde estés.

Crónica y fotos: Lluís «DiMu» García

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