CRÓNICA: SOILWORK + DARKANE (Madrid) Marzo 2014

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SOILWORK + DARKANE

MADRID – 5 MARZO

SALA SHOKO

La céntrica sala Shoko se está convirtiendo en la sala de referencia para los conciertos en la capital. Ha pasado en poco tiempo de ser una perfecta desconocida, a monopolizar buena parte de las actuaciones en directo de bandas roqueras y metaleras. Los cuatro últimos shows cubiertos por esta web se han desarrollado en Shoko.

Esta noche el protagonista era el metal sueco con dos buenas bandas, Darkane, encargada de abrir las hostilidades, y como plato fuerte, Soilwork uno de los protagonistas de la eclosión del Goteborg Sound a finales de los 90.

DARKANE

En líneas generales podemos decir que cumplieron, y eso que no lo tuvieron fácil,  empezaron pronto y el público presente era más bien escaso, con lo que el aspecto general de la sala resultó muy frío. Pero ahí se notó la sobrada experiencia de este quinteto, no hubo espacio para lamentaciones ni quejas y su casi una hora de concierto se caracterizó por una palabra: caña.

Y es que su propuesta es un poco más clásica que la de Soilwork, a medio camino entre el Death y el Thrash, pero con la velocidad como protagonista impenitente. Con poca charla fueron cayendo tema tras tema, combinando un poco su discografía aunque dando más interés a su último disco «The Sinister Supremacy».

Sonido decente salvo un tema en que la guitarra de Christofer Malmström enmudeció teniendo que salir por atrás del escenario para solucionarlo. Salvo este pequeño incidente, solventado con mucha rapidez, el resto fue muy correcto.

SOILWORK

Aún recuerdo el tiempo en que Soilwork e In Flames compartían videoclips («Trigger» y «Rejection Role«) e influencia. Pero desde entonces, mientras In Flames emprendió una línea ascendente fulgurante con bastantes y muy discutidos cambios de estilo, Soilwork se estancó e incluso su popularidad descendió.

Ambos fueron una punta de lanza importante del nacimiento del efervescente Goteborg Sound, pero al final su carrera discurrió con éxito muy dispar. In Flames giraba año tras año por recintos de dimensión considerable, y Soilwork lo hacía con parones mucho más prolongados y ante audiencias más reducidas. Y es algo que no lo entiendo, porque aunque admito que me gustan más In Flames, ambas son bandas con gran calidad.

Tras la intro, el primer tema en sonar fue «Average Stalker», seguido de «Overload» y «Weapon of vanity», todos con buen sonido y con una banda que no se ahorraba nada. Derrochaban fuerza, especial mención merece Ola Flink, que impresiona tanto por su embergadura como por la forma que tiene de aporrear su bajo.


«Spectrum», «Parasite blues», «Bastard Chain» y «Let this River» fueron las siguientes, con un Björn cantando de forma muy solvente, e intentando conectar con el público. Entre los dos guitarristas se nota el buen rollo, cada dos por tres se juntaban ofreciendo un buen catálogo de gestos.


El papel de Sven Karlson queda un poco más en segundo plano, pero su teclado es vital para crear esa atmósfera tan Soilwork, que se siguió disfrutando con «Misanthrope», «Tongue», «Nerve» y «Chainheart Machine».


Con «Rise Above» se puso el punto seguido, y aunque los bises se hicieron esperar, estaba claro que dos temas vitales de su discografía como como «Rejection Role» y «Stabbing the drama» tenían que estar presentes.

Una vez más, convencieron.

Texto y fotos: Juan José Díez

 

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