CRÓNICA: DREAM THEATER + PERIPHERY (Madrid)

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DREAM THEATER + PERIPHERY

MADRID – 25 FEBRERO

PALACIO DE VISTALEGRE

Dado que el Sonisphere del año pasó llegó con Magnini recién incorporado a Dream Theater, este concierto y el del día anterior en Barcelona parecían haberse convertido en la verdadera reválida no sólo para el baterista, sino para todo el grupo. El jurado, compuesto por alrededor de 5.000 personas que llenaron el Palacio sin abarrotarlo, esperaba con ansia la actuación de los neoyorquinos.

Antes vivimos algo más de media hora de sufrimiento compartido entre los teloneros Periphery y el público que iba llenando el local. La bola de sonido en la que se convirtió su actuación hizo imposible que podamos sacar una conclusión clara sobre las posibilidades del grupo en directo. Le pusieron ganas ante la adversidad, aunque de lo poco que logramos descifrar, extraemos que de los tres guitarristas uno parecía tener un cometido exclusivamente estético, y que mezclaron temas lineales con otros con algo más de imaginación.

Dadas las condiciones acústicas de los teloneros, nos temíamos lo peor con respecto a la calidad sonora de la actuación de Dream Theater. Sin embargo, se notó el peso del grupo principal y, aunque mejorable, el sonido fue más que decente durante todo el concierto. Un vídeo de dibujos animados sirvió para que el grupo fuera tomando posiciones sobre el escenario. Unos sitios de los que, salvo James Labrie, apenas se movieron. Da la sensación de que el grupo podría vivir en un pequeño piso compartido de unos 60 metros cuadrados, en vista de su escasa movilidad.

El planteamiento del concierto no dejó lugar a dudas: Seis canciones del último álbum y espacio para un largo solo (normalito al principio y espectacular al final) de Mike Magnini. Queda claro que quieren hacer evidente su apuesta por seguir hacia delante sin Portnoy. Esto les honra, habida cuenta de la calidad de “A dramatic turn of events”, pero quizá podrían haber cambiado alguna canción de ese disco por otras más clásicas para compensar un poco el set. De todas ellas, cabría destacar la pureza de “On the backs of angels” y “Beneath the surface” y el tirón como single de “Build me up, bring me down”.

Del resto, deliciosas “The silent man” y “The spirit carries on”, brutales “War inside my head”, “The test that stumped them all” y el cierre con “Pull me under”, y un poco frías “6:00” o “The root of all evil”.

En resumen, ejecución perfecta, mayor sensación de cohesión, y examen aprobado con nota por parte de Mike Magnini, quien, pasada esta gira y liberado de la presión inicial, se ha de revelar como el baterista que es, menos espectacular que Portnoy, pero seguramente más centrado en el resultado global del grupo.

Texto y fotos: Miguel Hernández (Fiti).

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